Por José Gómez Cerda
Es posible que cada día estemos consumiendo alimentos con Organismos Genéticamente Manipulados (O.G.M.) sin saberlo, desconociendo los riesgos a que estamos sometidos.
El primer alimento, modificado por la ingeniería, en ser producido para el consumo masivo fue el tomate Flavr Svr.
Los alimentos que posteriormente se modificaron fueron la soja transgénica, en la cual se modificó su constitución para hacerla más resistente a herbicidas y el maíz, al que se le modificó para resistir determinados insectos y generar mayores rindes por cultivo y cosecha.
Actualmente los O.G.M. están en tomates, maíz, las papas, el tabaco, algodón, la leche, soja, etc. pueden estar en la mantequilla, harina, margarina, el pan, los quesos, el jugo, la salsa, el chocolate, el dulce, el aceite, alimentos para niños, comidas rápidas, platos preparados, en fin, en cualquier comida o bebida.
Hasta ahora las repercusiones de los alimentos con O.G.M. en la salud humana son desconocidas, sin embargo, los científicos reconocen que pueden producir varias alergias.
El 90% de las plantas son genéticamente manipuladas por razones puramente económicas, para el beneficio de sus productores, sin ningún motivo de mejorar la CALIDAD NUTRICIONAL.
Ejemplo de esto es un tomate transgénico que permite mantener durante más tiempo en los almacenes evitando que se reblandezcan antes de ser transportados.
En América Latina casi el 90% de los alimentos que ingerimos contienen O.G.M. Los peligros potenciales son enormes.
La ingeniería genética no es lo mismo que los cruces entre especies que se ha practicado durante muchos años. No es una ciencia exacta.
Por ejemplo, podría resultar en algunos organismos peligrosos haciéndose resistentes a los antibióticos. Podría resultar en las malas hierbas y los insectos haciéndose resistentes a los pesticidas y a los herbicidas. Podría accidentalmente crear nuevos venenos y enfermedades.
El alimento viene de la naturaleza. Si cambiamos la estructura fundamental de un alimento, podría crear enfermedad, justo como los pesticidas y los herbicidas hicieron en el pasado.
Los alimentos con O.G.M. no tienen que someterse a pruebas antes de que se vendan en las tiendas.
Actualmente no sabemos lo que estamos comiendo.