Por José Gómez Cerda
Nuevos estudios indican que los organismos modificados genéticamente no se digieren completamente durante el proceso digestivo.
La idea de que el ADN de los organismos modificados genéticamente (OMG), pueda ser digerido por el tracto digestivo y que por ende yace inocuo, según afirmaciones de la industria, es completamente falsa.
Un reciente estudio publicado en la revista científica PLOS ONE, encontró que fragmentos enormes de ADN de los O.G.M. derivados de las comidas, eran capaces de transferir sus genes directamente a la sangre, desmontando el mito de que los alimentos O.G.M. actúan del mismo modo que los alimentos naturales.
Una combinación de análisis de cuatro estudios independientes, con más de mil muestras humanas y un equipo de investigadores de las universidades de Hungría, Dinamarca y Estados Unidos examinaron el proceso de asimilación de los OMG, ya que actualmente estos se consumen alrededor del mundo. Esto también incluye derivados de cultivos de O.G.M. como jarabe de maíz rico en fructosa (JMAF) hecho de maíz genéticamente modificado, proteína de soja genéticamente modificada y hasta la carne de animales alimentados con una dieta basada en O.G.M.
Después de examinar los datos de cómo el cuerpo humano procesa estos y otras formas de OMG, el equipo descubrió que los O.G.M. no son digeridos completamente por el cuerpo durante el proceso digestivo. Lo que normalmente se degrada en sustancias más pequeñas como amino ácidos y ácidos nucleicos se encontró que aun permanecían completos. Adicionalmente, se encontraron de estos fragmentos que pueden pasar directamente al sistema circulatorio, a veces a un nivel más alto que el del mismo ADN del ser humano.
“En los análisis de más de mil muestras humanas de cuatro estudios independientes, reportamos evidencia de que los fragmentos de ADN derivados de alimentos, que sean lo suficientemente grandes como para albergar genes, son capaces de evitar la degradación y, a través de un mecanismo desconocido, entrar al sistema circulatorio, explicaron los autores en su resumen del estudio. En una de las muestras de sangre, la concentración de ADN vegetal es la misma que del ADN humano.
Genes O.G.M. alteran la composición de la flora del tracto digestivo. Este descubrimiento es sorprendente ya que comprueba que son falsas las afirmaciones hechas por Monsanto y otros- que los O.G.M. no son distintos a los que no lo son a la hora de interactuar en el cuerpo. Monsanto hasta declara en su página de Seguridad de Alimentos que el ADN de los OMG se digieren exhaustivamente y que no presentan ningún peligro, declaraciones que ahora se comprueba son mentiras.
Basado en los últimos análisis de cómo los genes de las comidas son transferidas del tracto digestivo al sistema circulatorio, ahora es evidente que los genes de los OMG sí logran pasar por el sistema circulatorio en su totalidad. Su presencia también está asociada a enfermedades como la inflamatoria del intestino, adenoma y cáncer colon rectal.
Ante la presencia de genes O.G.M. en el intestino delgado se encontró también que afecta la composición de la flora intestinal, a las bacterias responsables de proteger al intestino en contra de invasores foráneos y de ayudar a absorber los nutrientes de los alimentos.