Por Rolando Fernández
De acuerdo con declaraciones ofrecidas a la prensa local, el “Magnífico uasdiano”, doctor Iván Grullón, dijo que “la UASD necesita de 3 mil nuevos profesores, por lo que solicitarán un presupuesto de RD$10,000 millones para cubrir el déficit que provocaría el nombramiento de esa cantidad de docentes entrantes”. (Periódico “Listín Diario”, del 8-7-15).
Lo del nuevo personal para impartir docencia, no es muy frecuente que se escuche, cuando realmente es necesario, aunque no quizás en el número a que se aspira. Para nadie es un secreto que la institución dispone de más empleados administrativos que de profesores, algo que choca muy de frente con sus roles académicos, e investigativos a cargo.
Ahora, lo de aumento en el presupuesto, es una rutina anual, principalmente al cierre e inicios de las nuevas gestiones rectorales, por lo que se produce a nivel de la nómina de servidores de la institución, aumentos inmediatos, debido a las actitudes para beneficiar a gente afecta durante los despidos; y, cumplir promesas a ocupar cargos, en el marco de los procesos electorales que se llevan a efecto, que no difieren mucho de los políticos partidaristas a lo externo.
A lo interno de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) hay que hacer muchas cosas. Lo primero es que, tiene que haber una “sincerización” generalizada, en términos de lo que en verdad debe ser la misma, y sus tareas a desarrollar más importantes: docencia eficiente e investigación oportuna, que desde hace mucho tiempo brillan por su ausencia. ¡No debemos engañarnos!
Todo el que ha tenido la oportunidad de interactuar a lo interno de esa academia pública, conoce sobre lo que allí se estila, caracterizado en gran medida por la politización extrema que se verifica dentro de la referida institución, y que supedita un buen segmento de todo su “accionar”, tanto académico como administrativo.
La gerencia que se aplica en dicha academia en ambos órdenes, tiene que ser cambiada necesariamente, si es que se quiere evitar un mayor deterioro previsible, y hasta que pueda sucumbir dentro de un tiempo no muy lejano, a pesar de los lauros que se dicen, y la consecución de objetivos que se proclaman.
Por una parte, se tiene que aplicar allí lo mismo que se enseña en sus aulas, en cuanto a administración de recursos humanos, su reclutamiento, preservación y motivación. Buscar gente apta para su dirección y manejo directo, autoridades superiores e intermedias: rectores, vicerrectores, decanos, vices, directores de escuelas y demás apoyos administrativos laborales.
La cualquierización que se registra en tal sentido, tiene que ser abolida. Los más altos representantes de la misma no pueden estar cayendo “por gravedad” en las posiciones de mando, como es lo que ha venido ocurriendo en los últimos años.
Los puestos correspondientes a las áreas docente y de investigación, tienen que ser ocupados por personas que reúnan los requisitos necesarios; que verdad cumplan con las aptitudes para la posiciones, tomándose siempre en consideración los niveles jerárquicos envueltos; olvidarse de la politiquería, como de los tráficos de influencias prevalecientes. Eso de los amiguitos, los lambones, y los vocingleros que de ordinario se tienen, hay que erradicarlo.
Por el lado de la otra columna en cualquier institución académica, los estudiantes, ya la UASD no puede continuar dándose el lujo de esa apertura hacia la población sin reparo alguno, algo que más bien siempre ha tenido un matiz político-populista. Ya, en el marco de esta degeneración que sacude a la sociedad dominicana, eso no procede.
Tal actitud tan democrática, solo debe seguirse para personas que en realidad estén interesadas en formarse profesionalmente; que no vayan hasta allí solo a ocupar una butaca; a estar perdiendo tiempo, como hacerlo perder a los demás; a buscar un simple papel con su nombre, pero sin la preparación requerida a ese nivel de formación.
Los discípulos de ese tipo último, amén de hacer malgastar recursos económicos a la institución, con su mal ejercicio, después que pseudo se reciben como profesionales, están empañando sobremanera la imagen de la Primada, o Primera de América.
Todo lo concerniente a la docencia a cargo, tiene que ser revisado en cuanto a profesores y alumnado. Debe haber suficiente evaluación y supervisión con relación a los primeros. Y, con los segundos, exigibilidad de rendimiento académico, determinación de aptitudes requeridas, tanto en el momento de ingresar a la universidad, como durante el transcurso de las carreras que se cursen.
La UASD no puede continuar caminando sobre las mismas sendas que hasta ahora. De lo contrario, se podría estar matando las gallinas de los huevos de oro, como se dice, para muchos profesionales nuestros que la tienen como su único espacio laboral.
Además, por ser la ventanilla disponible para el estudiantado pobre de este país, sin espacio obvio para poder cursar estudios superiores a nivel de las instituciones privadas del ramo.
Tenemos que sincerizarnos con el ALMA MÁTER de todos los dominicanos, reiteramos. Dejarnos de andar con tantas demagogias y politiquerías; como, el estar pensándose nada más en continuar pidiendo siempre una mayor asignación presupuestal por parte del Estado nuestro.
¡Se tiene que hacer cuánto se debe, señor rector, en favor de la UASD.