Por Jhonny Trinidad y Francis Pérez
SANTO DOMINGO DE GUZMAN, RD.- Residentes de la calle José Gabriel García, en la zona colonial, reiteraron sus quejas por el desorden y ruido destridente de un bar que opera en ese antiguo «remanzo de paz».
Denunciaron que «noche tras noche» están expuestos a balaceras, peleas y escenas de prostitución, debido a que el área está exonerada del decreto que regula el horario nocturno.
Informaron que en varias oportunidades se han querellado ante la Policía, la Fiscalía, Medio Ambiente, la Alcaldía de Santo Domingo e Interior y Policía, pero nadie ha hecho nada al respecto.
Cansados de la «inercia» de las autoridades, muchos han optado por vender sus propiedades y mudarse a otro lugar, «para evitar una desgracia».
Ante la inacción de dichas instituciones, apelaron al «buen juicio» del presidente Danilo Medina, ya que «hemos tocado todas la puertas de quienes supuestamente están llamados a mantener la paz y proteger a la comunidad de personas desalmadas cuyo único interés es hacer dinero, a costa del sufrimiento de familias dignas y decentes, como los que residimos o tenemos propiedades en la zona colonial».
Entre los más afectados figura la familia Suero, dueña de la residencia donde opera el «Café de Toi», en la calle José Gabriel García, número 157, y que se desligó de los desordenes y «pocavergüenzas» generadas en ese «prostíbulo», ya que no alquilaron la casa para fines de negocios, «y mucho menos de ese tipo».
El bar está a cargo de Odalis Robles Rodriguez (La Duquesa de Sade), a quien la familia Suero, que reside en Estados Unidos, solicitó que desaloje la casa, ya que la misma es un patrimonio familiar y, «de ninguna manera, aceptaremos que el nombre de nuestra familia sea mancillado por una mujer que no tiene respeto por nadie, ni siquiera por si misma».
«Al parecer, esa señora soborna a los funcionarios de las instituciones que regulan los negocios de diversión, es lo único que podemos suponer que permite la operabilidad de un bar que ha causado tantos problemas y, además, funciona en una casa de familia cuyos propietarios no han consentido», afirmó Elizabeth Suero, dueña de la casa donde funciona el Café de Toi, o Bar La Resistencia, como también es llamado el establecimiento.
Agregó que «todos nuestros vecinos y representantes de la iglesia del sector nos han manifestado su oposición a que ese negocio funcione en nuestra propiedad, por lo que solicitamos la ayuda de los medios de comunicación, del presidente Medina y de la sociedad en general para que esa señora mude su bar para otro lado y nos devuelva la casa», expresó Suero indignada.
«Queremos que los vecinos sepan que estamos haciendo todo lo posible para sacar a esa mujer de nuestra propiedad, hoy convertida en un negocio de prostitucion, ya que estamos tan afectados, o más, que ellos», agregó.