Menú para una cabina de radio

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CABINA DE RADIOPor Federico Núñez Mañan

Se podría pensar que con este artículo me estoy comprando una vaina, pero no es así, es todo lo contrario, porque voy hablar de La responsabilidad, de esa que no se compra en botica y que se inicia en el hogar.

No quiero hacer juicio a priori sobre el comportamiento de algún Locutor en particular; pero si me gustaría tocar algunos aspectos relacionados con la responsabilidad dentro de una cabina de radio.

El locutor identifica y prestigia la emisora para la cual trabaja, en algunas ocasiones se toma como referencia, por eso debe definir muy bien cuál es su rol dentro de una cabina, porque en la mayoría de los casos es su modus vivendi y como dice el refrán nunca se debe patear su comida.

Lamentablemente se ha desatado una retahíla de jóvenes ansiosos por abrirse campo en los medios y que no cuentan con la formación necesaria para trabajar en emisoras; pero como ahora hay tantos programas informales que le dan la oportunidad para decir una frase y a veces hasta para contar sus vivencias del diario vivir.

Otros grandes profesionales e intelectuales, han adquirido el complejo del mono, convirtiéndose en cómplices de un perifoneo de mal gusto y que raya en lo prosaico.

Los Locutores tienen la mala costumbre de hacer un mal uso de la cabina de radio, subiendo constantemente los pies en la meseta o en una silla, en algunas ocasiones mal sentados y alejados del micrófono, me imagino que todo esto lo hacen con la intensión de crear tendencias ¡digo yo! o podría ser que estoy muy divorciado de los nuevos formatos que exige la radio de hoy.

No existe un protocolo exclusivo para vestir, sin embargo la libertad de indumentaria en algunos casos se nos ido de las manos, da pena y vergüenza ver algunos comunicador@s como visten en una cabina, los hombres generalmente andan en franelas y pantalones cortos y las mujeres en batas y calizos, son extremadamente impuntuales y sobre la higiene lo dejaremos en comillas.

Otra cosa…parece que a Los Locutores no le da el tiempo para desayunar, almorzar o cenar en su casa, que tienen que hacerlo dentro de la cabina de radio.

Lo incomodo de esto es la elección de los alimentos, desafortunadamente tóxicos para el medio ambiente y que muchas veces están dentro del universo de lo bueno y sabroso., pero fuera de la atmósfera de la cocina.

Imagínense ustedes a un grupo de locutores e invitados comiéndose un Locrio de arenque con tostones acompañados de dos tajadas de aguacate o un Mangú de plátanos con salami y su respectiva cebolla o en su defecto unos Domplines con Bacalao y para rematar la ingesta de algunas bebidas alcohólicas. Está bien que sí; pero no.

La irresponsabilidad campea a todos los niveles, desde el más humilde Locutor hasta el más encumbrado Comunicador.

Al que le sirva el traje que se lo ponga.

Recuerda…cuando pidas que lluevas tienes que lidiar con el lodo.