Bajo el actual esquema político electoral dominicano, por más falsas promesas y demagogias que se escuchen, no vale la pena el concurrir a las urnas para elegir a nadie. ¡Los referentes inductores están de sobra!
El ciudadano de este país solo tiene valor el día que le toca sufragar, en que por obligación es necesario, para poder los políticos escalar hasta las posiciones superiores de mando. Durante los demás no cuenta; nada más que, para ser objeto de nuevas burlas, y de “burro”, sujeto siempre a imponerle nuevas cargas tributarias.
Mientras la metodología electoral aquí sea la misma, costeadas las campañas en gran parte por grupos económicos especuladores, busca recompensas, prebendas, beneficios, etc., y nada más les mueva su desarrollo particular, la gente de este pueblo seguirá montada en el mismo caballo.
No es posible el continuar dejándose engañar con los mismos teatros electoreros, sin reparar en los tantos precedentes que se tienen: encuestas sobre preferencias maquilladas, bultos periodísticos, cajas de resonancia pagadas, aclamaciones grupales interesadas, etc.
Son las mismas patrañas de siempre, motorizadas por “avivatos” que solo aspiran a recobrar con creces lo que se ha requerido invertir, para apoyar a los más potenciales candidatos ganadores que se adviertan, de cara esta vez al próximo torno electoral entre nosotros, en el año 2016.
No hay que ser muy inteligente para inferir, que todo cuánto ahora se observa, no es más que lo mismo de estilo: “el tú me das y yo te apoyo”. Y, más notorio se hace en la presente ocasión, con los acuerdos electoreros color lila (PLD-PRD), principalmente, increíbles, pero ciertos. ¡Ay si el gran maestro pudiera ver!
¿Podrá haber mejorías para este país? ¡Es obvio que no! Se continuará de mal en peor; fomentándose más aún la corrupción estatal, como las riquezas grupales cuestionables que se derivan, la lenidad judicial ordinaria, y mayores descaros ante la población.
Indudablemente, es el pueblo el mayor responsable, quien se encarga de autorizar, y homologar después las acciones desaprensivas de todos estos políticos de nuevo cuño, apoyándoles en principios, y después más aún, con el voto en las urnas, a cambio de las migajas que se ofertan. Se vende la gente por nimiedades y falsas promesas, fácilmente detectables.
Necesariamente, los dominicanos tendremos que buscar otra forma para elegir mandatarios; entregarle a alguien la administración de la cosa pública, para que lo haga conforme convenga al país, no a intereses grupales o personales, incluidos los extranjeros.
Que no vengan a dirigir la nación como una finca de su propiedad, un negocio lucrativo personalizado, o grupal; a continuar endeudándole e hipotecándole cada vez más, para dejarle ese pesado fardo a las generaciones futuras, que tendrán que hacer malabares para poder pagar, tal se dice de ordinario; o, de lo contrario, entregar el país como dación en pago.
Que la agente pensante aquí, con el aporte fundamental de los sociólogos y psicólogos no comprometidos, de esos que reflexionan y promueven acciones en favor de los pueblos, no de pseudos líderes políticos, como de grupos económicos poderosos, estudien el caso, y hagan las recomendaciones debidas.
Los referentes que pueden servir de base están de sobra, al igual que las actitudes desaprensivas de los que han venido mandando en este país durante los últimos lustros, a la vista de todo el mundo, y que deben ser enfrentados como se debe hacer.
¿Cuál debe ser? No el correspondiente a la llamada democracia representativa, siguiendo los mismos paradigmas que hasta ahora. Tiene que ser algo muy diferente, del que se puedan desprender las enmiendas y las reivindicaciones pertinentes.
Que tenga una mano suave, y la otra de hierro; dispuesto a enfrentar la corruptela estatal, como la delincuencia y la criminalidad que ahogan esta sociedad nuestra; las injerencias desde el exterior; al igual que, el pisoteo burlón a la soberanía nacional; y, la explotación inmisericorde de nuestros recursos naturales por parte de intereses foráneos, entre otras cosas.
¡Cualquier parecido con un verdadero estadista, es pura coincidencia! Claro, difícil que pueda alcanzar la presidencia de la nación, a través de este manipuleado y desacreditado sistema de votación que rige entre nosotros. ¡Qué se inventen otro menos contaminado!
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