Residentes a orillas de ríos agobiados por contaminación

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RIO OZAMAPor Santiago Benjamín de la Cruz

Por lo menos cinco empresas depositan sus desperdicios en las aguas de los ríos Ozama e Isabela. Esa situación, sumada al abandono de las autoridades para la reubicación de las miles de familias que viven a orillas de dos ríos y decenas de cañadas altamente contaminadas, son las mayores preocupaciones que tienen los residentes en esa zona.

Un recorrido por los alrededores de los ríos Ozama e Isabela, en su paso por la ciudad, confirmó la gran contaminación que afecta a las personas que viven en esa zona, donde las aguas de ambos acuíferos van cambiando de color cada cierto tiempo, según el residuo tóxico que depositen las empresas.

Carlos Jiménez tiene 40 años, nació y creció en La Zurza, a orillas del río Isabela, procrear una familia le hizo ver la vida desde otra perspectiva, pues ahora tiene que velar por la vida de sus cinco hijos.

Fue precisamente procrear una familia que le hizo considerar que tanto ellos como las otras miles de familias que viven en esa localidad, no pueden continuar viviendo cerca de un río con tanta contaminación provocada por varias empresas, lo que causa que la vida de cada uno de los residentes se vaya desgastando de manera apresurada, por estar en contacto con químicos y plagas procedentes del río y las cañadas.

“Las aguas del río Isabela y la cañada ‘el diablo’ cambian más de 10 veces al día, y eso va a depender del tipo de químicos y otros desperdicios que depositen las empresas en este río”, expresa Jiménez.

Cuenta que a veces baja por la cañada “el diablo”, que conecta directamente con el río Isabela, una especie de gasoil, y que eso es cuando las empresas están lavando sus maquinarias. Otras veces, según cuenta, el agua se pone totalmente blanca, amarilla, roja, entre otros colores.

“En las aguas de este río ya no hay peces como antes, y eso es por tanta contaminación que hay. La contaminación terminó con todos, antes se podía pescar, obviamente ya no, si aparecen uno o dos peces sería un riesgo demasiado grande comérselos”, dice.

Indiferencia

Lamenta que lo peor de todo es que las autoridades no toman cartas en el asunto para impedirles a esas empresas que depositen sus desperdicios en el río y cañadas, “esta es una contaminación demasiado fuerte y nos afecta a todos”.

Asegura que cuando llueve, muchos se tienen que ir de sus residencias por el mal olor que se desprende de las cañadas y el río Isabela.

Indicó que la contaminación provoca muchas enfermedades, especialmente las transmitidas por el mosquito Aedes Aegypti, que son dengue, zika y chikungunya. También hay muchos ratones, aunque con tanta contaminación mueren rápido, refirió.

“Es lamentable que nadie se preocupe por lo más pobres, los que vivimos en la parte marginal, como ellos dicen, no les importa nada, es por eso que esas empresas tiran todos esos desperdicios tóxicos que hasta nos pueden matar, porque no les importan la vida de nosotros”, lamenta.

Judith Agramonte, de 32 años y madre de cuatro niños, no tiene otra palabra con la cual describir la situación que viven cada día por la contaminación, que no sea ‘mal’.

“Estamos mal, imagínate, no hay otra forma de estar con todos estos mosquitos y el gran mal olor que desprende el río. Desde que cae la noche, tenemos que tener los niños abrigados, haya el calor que haya, para que no se nos enfermen de la piel ni les vaya a picar un mosquito de los que dan dengue”, expresa. Dice que hay de todo, incluso, culebras.

Admite que las autoridades a veces fumigan, pero considera que eso en vez de ayudar, provoca que salgan más mosquitos.

“Esperamos que las autoridades nos saquen de aquí rápido. Tengo seis años viviendo aquí y el río se ha metido varias veces y lo poco que tenemos se daña. Yo no tengo ni trabajo, eso quisiera yo, pero no aparece nada”, argumentó.

Los residentes frente al río Ozama viven la misma situación, aunque las autoridades sanearon las más grandes cañadas, todavía quedan decenas sin limpiar. “El río y las cañadas definitivamente son las principales vías de contaminación. Hay muchos mosquitos, cucarachas, ratones y mucho mal olor”, dice Fior Álvarez, quien tiene más de 30 años viviendo en esa localidad.

Expresa que las autoridades han saneado algunas cañadas con la integración de diversas asociaciones, pero el problema del río no sabe cómo se resolverá. Revela que cuando llueve mucho las aguas invaden sus casas.

PLANES PARA SANEAR RÍOS Y CAÑADAS

La organización Ciudad Alternativa y las organizaciones que integran la Plataforma Cuenca Río Ozama e Isabela, mediante el Plan estratégico de manejo de las cuencas que se generó en virtud del decreto 260-14, tienen la intención de sanear los ríos antes mencionados y las cañadas del Gran Santo Domingo.

Patricia Gómez, coordinadora del área de poder social de Ciudad Alternativa, expresa que el Plan está definido, y que consiste en sanear los ríos, los asentamientos, las viviendas, las cañadas, mejorar la calidad de los servicios de la unidad de atención primaria de salud y que se eliminen los contaminantes de las zonas.

“Hay empresas que vierten sus desechos en el río y otras que desarman equipos, como es el caso de Santo Domingo Norte, donde desarman barcos y quedan los hierros que van produciendo contaminantes”, dice.

Aclaró que hasta el momento todo es planificación, porque el Plan no se ha puesto en marcha por parte del Gobierno, pero aseguró que han realizado intervenciones puntuales.

Reveló que se realizó un acuerdo con los alcaldes y candidatos a esa posición, para comprometerlos a impulsar un componente de género en los municipios y aportar para el saneamiento de los ríos antes mencionados y las cañadas del Gran Santo Domingo.