SAN FRANCISCO.— Hay videojuegos que se vuelven virales de un día para otro y causan que la gente se encierre en sus casas a jugar durante días.
Pero con Pokémon Go pasa todo lo contrario.
Es un juego gratuito para teléfonos que ha llegado a lo más alto de las listas de descargas: ha logrado que la gente salga a la calle y los parques, a playas e incluso al mar en kayak la misma semana de su lanzamiento.
El juego, en el que hay que quitarle monstruos exóticos a Pokémon (la franquicia japonesa de dibujos animados), se basa en una combinación de la tecnología propia de los teléfonos, cámaras y localización geográfica, que busca que la gente visite lugares públicos en busca de un botín y de personajes virtuales a los que atrapar.
Boon Sheridan, de Holyoke, Massachusetts, lo ha visto de primera mano. Su casa, que una vez fue una iglesia con techo a dos aguas, fue designada —sin su conocimiento— como “gimnasio”, un lugar donde los jugadores que llegan al nivel 5 del juego deben ir para entrenar a sus personajes de Pokémon.
La última semana ha estado tratando de encontrar la manera de explicarle a sus vecinos quiénes eran todas esas personas que se reunían en la acera a horas intempestivas.
“Quiero decirles: ‘Ey, no vendo droga’”, dijo Sheridan. “Sé que no para de juntarse gente frente a mi casa pero créanme, no tengo nada que ver”.
El domingo, los parques y el centro de San Francisco estaban llenos de jugadores de Pokémon Go que apuntaban con sus cámaras a los árboles y los lugares representados en el juego buscando que aparecieran personajes en las pantallas. Washington, la Casa Blanca y el Pentágono también han sido señalados gimnasios de Pokémon.
Pokémon Go representa uno de esos momentos en los que una tecnología nueva —en este caso la realidad aumentada, que fusiona tecnología y mundo real— se abre paso desde la posición de juguete de nicho para los primeros usuario hasta algo mucho más generalizado.
La idea que subyace es la superposición de imágenes digitales sobre la visión del mundo real de las personas a través de la pantalla de un teléfono o unos auriculares.
Muchas compañías tecnológicas han pensado que la realidad aumentada podría despegar a través de aplicaciones pensadas para las empresas. Que permitiría, por ejemplo, que los arquitectos visualizaran los edificios ya acabados. Lo que ha sucedido en su lugar es que ha utilizado un juego de mediados de la década de los noventa para llegar al gran público.
Pokémon, un híbrido de las palabras “bolsillo” y “monstruos” es propiedad de Pokémon Co, con una fuerte participación de Nintendo, la empresa japonesa pionera de los juegos de computadora y consolas, que trata de adaptarse a la época de los juegos móviles en teléfonos y tabletas.
En los dibujos animados, los jugadores de Pokémon usan los personajes para competiciones deportivas. El juego Pokémon Go solo está disponible por ahora en Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, y su uso es tan intenso que ha aumentado la capitalización de mercado de Nintendo en 9000 millones de dólares en pocos días.
Pero Pokémon Go es, en realidad, obra de una empresa de creación reciente, Niantic, creada por Google e independizada el año pasado. Su primer juego, un thriller conspiranoico llamado “Ingress” fue posible gracias al sistema de mapas digitales de Google. Alrededor de 15 millones de usuarios han descargado Ingress y tiene poco más de un millón de jugadores activos al mes, según John Hanke, director ejecutivo de Niantic.
La empresa se asoció con Pokémon Co. para diseñar Pokémon Go. Hanke dice que no tiene el número exacto de jugadores pero que podría afirmar que es “un poco mayor” que el número de personas que ha captado Ingress. Las descargas han sido tan frecuentes que los servidores de Niantic tuvieron problemas para gestionar el tráfico. Hanke dijo que Niantic ha retrasado un poco la introducción en nuevos mercados para poder manejar la demanda.
“Esperábamos que sea popular, pero no hasta estos extremos”, dijo.
Como la mayoría de los juegos para móviles que tienen éxito, aunque sea gratuito para los jugadores, ofrece compras de objetos virtuales que pueden acelerar su progreso. Además, su vínculo con el mundo real le ofrece a Niantic una posibilidad, intrigante, de hacer dinero: puede cobrarle a establecimientos de comida rápida, cafés y pequeños comercios para que se conviertan en patrocinadores.
Lugares donde los pokémon no deben aparecer
Estas criaturas digitales que aparecen superpuestas al mundo real en Pokémon Go, se han reportado en sitios como el antiguo campo de concentración de Auschwitz en Polonia, el United States Holocaust Memorial Museum en Washington y el National September 11 Memorial en Nueva York, lo que ha provocado reclamos por parte de los representantes de esos sitios.
Un portavoz de las instalaciones en Auschwitz dijo que cualquier presencia del juego allí, o en cualquier otro monumento o museo del Holocausto, era “absolutamente inapropiada”.
“Permitir que este tipo de juegos se active en Auschwitz es una falta de respeto a la memoria de las víctimas de los campos de concentración y exterminio”, dijo el portavoz, Pawel Sawicki, en un correo electrónico.
Añadió que ya se habían puesto en contacto con los creadores del juego, y pidió que “no se permita que Auschwitz y otros sitios similares se incluyan en el juego”.
Una portavoz de Niantic Inc., la empresa que trabajó en el desarrollo de Pokémon Go, señaló que el juego aún no está oficialmente disponible en Europa.
Sin embargo, algunos sitios han publicado las instrucciones para obtener el juego fuera de Estados Unidos, Australia o Nueva Zelanda, donde ya puede descargarse. Además, alguien que haya bajado la aplicación en esos tres países podría encontrar a las criaturas en Europa.
El primer juego de Niantic, otra aplicación de realidad aumentada llamada Ingress, existe en Europa y Pokémon Go usa la información de esa aplicación para nutrir su mundo digital.
Los pokémon también han aparecido en el frente de Irak, en los territorios donde se lucha contra el Estado islámico, y los marines bromearon en Twitter al descubrir uno en un campo de tiro, lo que provocó algunas protestas.
Una base militar en el estado de Washington advirtió en un mensaje de Facebook que los entrenadores de pokémon deben evitar “las zonas controladas o restringidas, los edificios de oficinas o las viviendas de la base”.