Julio 1966-2016: A 50 AÑOS INSTAURACION DEL BALAGUERATO

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JOAQUIN BALAGUESANTO DOMINGO DE GUZMAN, RD.- Así como la dictadura de Rafael L. Trujillo fue una secuela de la primera invasión militar de los yanquis de 1916, el régimen despótico de los doce años del Dr. Joaquín Balaguer, fue el resultado de la segunda grosera invasión militar de Estados Unidos a nuestra amada patria, en el pasado siglo XX, el 28 de abril de 1965.

Balaguer, quien durante los treinta años de la tiranía de Trujillo se desempeñó como uno de sus principales y conspicuos funcionarios, a la caída del tirano en mayo de 1961, heredó el poder hasta enero de 1962 cuando por la presión popular se vio obligado a asilarse en la Nunciatura Apostólica (la embajada del Vaticano), y huir hacia Estados Unidos, regresando al país en medio de la Revolución de Abril de 1965, presentándose como candidato en el certamen electoral de junio de 1966, en el que fue impuesto en la presidencia de la Republica por los invasores y la oligarquía.

El régimen instaurado mediante esa farsa electoral se caracterizó desde su inicio como un gobierno ultraconservador, para lo cual elaboró una nueva constitución, en sustitución de la Constitución de 1963, que le sirvió de base legal para negar las más elementales libertades públicas, así como para justificar la reelección en sucesivos períodos – 1970 y 1974 – mediante fraudes electorales y la más cruenta represión a sus opositores, muchos de ellos asesinados, desaparecidos, apresados o exiliados en esos fatídicos doce años de opresión, además de sumir en la miseria a una gran parte de la población y alentando la corrupción de sus principales funcionarios.

A cincuenta años de la instauración de ese régimen opresor, es preciso que hagamos conciencia de lo que significó aquel nefasto período para el pueblo dominicano, que tuvo que resistir luchando contra las atrocidades de ese desgobierno, pagando un alto precio con la sangre derramada de centenares de activistas populares, dirigentes políticos y sindicales, campesinos y profesionales para que jamás se vuelva a repetir una situación semejante en nuestra amada patria, por lo que la presente y futuras generaciones deberían conocer esta parte de nuestra historia, antes de que se consiga borrar de la memoria colectiva ese etapa infame, que es una de las causas del estado de descomposición social y moral que padecemos hoy.

Hasta su desaparición física, ocurrida un día como hoy en 2002, este despreciable personaje continuó gravitando en los círculos de poder del país y dejó como impronta un cuestionable ejercicio de la actividad política y ciudadana poco ético, que ha servido de justificación a quienes le han sustituido en la conducción del Estado dominicano, que debemos de repudiar y superar, emulando el ejemplo de honradez y transparencia del patricio Juan Pablo Duarte, así como el decoro y dignidad de héroes como Manolo Tavárez Justo, el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, el Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, entre otros tantos hombres y mujeres que han sacrificado sus vidas en aras de los más sanos intereses del pueblo dominicano.

EQUIPO COORDINADOR

14 de julio de 2016
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