SANTO DOMINGO DE GUZMAN, RD.- Las autoridades de la provincia Hermanas Mirabal, en coordinación con las organizaciones sociales y la Fundación Doctor Tejada Florentino, realizaron diferentes actos para recordar a ese eminente profesional y ciudadano ejemplar que fue torturado y desaparecido por la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.
No obstante, Tejada Florentino vive en el pensamiento de su pueblo, y que sirve de luz a las generaciones presentes, como legado de ciudadanía responsable y como paradigma de compromiso honesto con su pueblo.
Se recuerda que el doctor Tejada Florentino salió, en la mañana del día 19 de enero de 1960, de su casa hacia su trabajo en el Hospital doctor Salvador B. Gautier. Eran sobre las 9:30 cuando se apersonaron agentes del Servicio de Inteligencia Militar SIM para arrestarlo, y nunca más se le volvió a ver.
Nació en Salcedo el 21 de octubre del 1910. De procedencia humilde, se forjó trabajando laboriosamente. Fue limpiabotas, músico y ebanista, hasta graduarse de médico el 9 de noviembre del 1941.
De hecho, asistía a clases seis meses al año, y los otros seis meses trabajaba para mantenerse y ayudar a su madre. Ejerció como médico durante años en Tenares, caracterizándoles la entrega a sus pacientes, sobre todo de los más pobres.
En 1948 viaja a México a estudiar Cardiología, y se convierte en el primer médico dominicano en ejercer la cardiología con dedicación exclusiva, dato que consta en la primera Acta de la Sociedad Dominicana de Cardiología, donde se aportan interesantes datos sobre sus méritos. Desarrolló su labor en el Hospital Salvador B. Gautier, donde sería jefe del Servicio de Cardiología. En cierta ocasión el doctor Zaglul le preguntó por qué no cobraba más, si tenía hijos y esposa que mantener, y le respondió: “mi esposa es árabe como tú, me conoce y no dice nada y, a mis hijos, les enseño que hay pobreza en el mundo y hay que ayudar a los pobres”.
Se dolía mucho de las inequidades en la atención sanitaria, y era su sueño que todos los dominicanos disfrutaran de una adecuada salud. Sus convicciones lo hicieron combatir la terrible tiranía de Trujillo. Se integró al movimiento 14 de Junio. Era un hombre ecuánime que solo perdía la sonrisa ante las injusticias.
Prefería los hechos más que las palabras, y su accionar fue visto con recelo por los organismos de seguridad. Luego de ser apresado, es llevado a “La 40”, el centro de torturas de la dictadura. Sufre vejámenes, pero aún en esos dolorosos momentos predomina su sensibilidad humana y su vocación de servicio y se dedica a prestar asistencia médica a otros presos que reconoció como pacientes. Cuentan sus compañeros de presidio que advirtió a sus torturadores que padecía de trastornos cardíacos y que las torturas en la silla eléctrica acabarían con su vida, lo que parece que así ocurrió.
Era un hombre amante de la naturaleza, ávido lector y buen conversador, y acostumbraba reunir a sus amigos en tertulias. Su vida estuvo caracterizada por el sacrificio, una férrea voluntad, un fuerte deseo de superación, el desinteresado servicio a los demás y su compromiso con los mejores intereses de la Patria. Este hombre, que aportó bondad y solidaridad a su alrededor, fue impulsor de clubes deportivos, de movimientos masones y odfelos, y director de la banda de música de Salcedo.
En 1962 se funda la Sociedad Dominicana de Cardiología, y en su Acta de constitución, el doctor Manuel Antonio Tejada Florentino es propuesto para que fuera nombrado como Presidente Honorario Póstumo, y que encabece la Lista de Honor de dicha Sociedad.
En dicha acta es aprobado por unanimidad, que el Instituto de Cardiología, en proyecto, llevara el nombre del doctor Tejada Florentino, acta que aparece firmada por su presidente, el doctor Salomón Jorge y su secretario, el doctor Escipión Oliveira. Este Instituto u otra institución cardiológica o un hospital, aún están esperando su nombre.
Dedicamos un homenaje a este médico dominicano, ciudadano ejemplar, que sirvió a la patria hasta el extremo de ofrendar su vida.
Promotor
El doctor Tejada aportó bondad y solidaridad a su alrededor, fue impulsor de clubes deportivos, de movimientos masones y odfelos”.