AUSTIN.- Un grupo de perros de raza beagle entrenados en Canadá han ayudado a la detección prematura del cáncer en varios departamentos de bomberos de Texas, informaron hoy a Efe fuentes de la organización que gestiona los canes.
«Empezamos a entrenar a cinco perros para detectar cáncer mediante el olfato en 2010 y, al año siguiente, pasamos a la fase experimental con las pruebas de detección, en la que aún nos encontramos», relata en declaraciones a Efe el presidente de CancerDogs, Glenn Ferguson.
Previo envío de los equipos de detección desde Canadá, los bomberos respiran durante diez minutos con una máscara quirúrgica especial que se impregna de su aliento.
Posteriormente, cuatro canes olfatean cada una de las muestras y, en caso de que dos o más detecten un positivo, la muestra en cuestión vuelve a pasar un segundo test de la misma forma.
Si el resultado se confirma en este segundo test, se informa a la persona afectada para que envíe otra muestra y, si obtiene un resultado positivo otra vez, el centro recomienda al posible enfermo que visite a un doctor especialista.
«Además de ser unas pruebas muy competitivas a nivel de precio, creemos que es una iniciativa que puede ayudar a salvar muchas vidas y por eso apostamos por ellos», señala el bombero Kevin Fellers, quien es el contacto entre la asociación y el cuerpo de bomberos de la ciudad de Fort Worth (Texas).
En este caso, el departamento de la ciudad del norte de Texas pidió 450 equipos de detección para los bomberos de su cuerpo y los familiares que quisieran someterse a las pruebas, de las que finalmente se detectaron diez personas con cáncer en estado prematuro.
La mayoría de los cánceres descubiertos por los perros fueron cáncer de piel, aunque también hubo un par que implicaban órganos vitales.
«Los bomberos tienen tasas de cáncer más elevadas que la población general ya que se exponen diariamente a productos químicos por culpa de las llamas y el humo de los incendios que tratan de sofocar», añadió Ferguson.
El presidente de CancerDogs también destacó la actitud proactiva y la organización de los cuerpos de bomberos, que intentan proteger a sus miembros de posibles severas enfermedades.
Además del departamento de Fort Worth, otros 30 cuerpos de bomberos han participado en el último lustro en este proyecto, como por ejemplo los de Dallas, Denton, Arlington o San Marcos, mientras que los bomberos de San Antonio están actualmente a la espera de los resultados de sus test.
Aunque Texas es el estado donde este programa está teniendo mejor acogida, es una práctica que se ha llevado a cabo también en los estados de Georgia, Illinois, Massachusetts y California, a la espera de aprobarse otros proyectos en Wisconsin o Colorado.