SANTO DOMINGO ESTE, RD.- Vecinos del sector Los Molinos, en Villa Duarte, acusan a la empresa Molinos del Ozama de tomar parte de la calle Olegario Vargas, que da acceso directo a la capilla del Rosario, donde los dominicos oficiaron la primera misa en 1497, y denunciaron que para un sacerdote ofrecer misa debe solicitar permiso a la Dirección de Patrimonio Monumental 15 días antes.
Pablo Rivas, vocero de la junta de vecinos del lugar, Molinos, explica que aun con el permiso, la entrada es limitada y al cura lo dejan entrar con un grupo reducido de persona a la ermita, mientras los turistas son devueltos desde la puerta de entrada al recinto industrial.
“La multitud viene, pero solamente dejan entrar al sacerdote con una comisión, ni siquiera a los turistas permiten el paso, los devuelven de la puerta”, sostiene.
Dijo que se han reunido en varias ocasiones con miras a tomar medidas en relación a la prohibición, y están a la espera de un encuentro con el nuevo arzobispo de Santo Domingo, Francisco Ozoria, para plantearle el caso.
La empresa.
En cambio, Molinos del Ozama se desliga de cualquier prohibición hacia la capilla del Rosario, aunque el supervisor, Joseph López, no respondió en cuanto al cierre de la calle que da acceso en vehículos hasta la primera iglesia del Nuevo Mundo, fundada en 1497.
Mostró una nueva vía peatonal que habilitó la empresa y que conduce hacia la pequeña iglesia por la parte trasera, pero antes hay que pasar una garita y luego una puerta de hierro.
Patrimonio.
De su lado, la arquitecta Edda Grullón, directora de Patrimonio Monumental, explicó que ciertamente la ermita quedó atrapada dentro del territorio de Molinos del Ozama, pero que esta empresa ha garantizado la conservación de la capilla.
Señala que durante años la empresa se encargó de la seguridad de la iglesia, el mantenimiento del área verde, iluminación. Admitió que para desarrollar cualquier acto en la capilla hay que solicitar un permiso a Patrimonio, quien luego envía una comunicación a Molinos del Ozama para que permita el acceso.
Explicó que luego del interés por darle valor turístico a la iglesia esta fue separada de la empresa, que construyó una pared y un paseo peatonal con entrada a varios metros antes de llegar a las instalaciones de Los Molinos.
Próximo a la entrada alterna hay un área de estacionamiento, propiedad de San Soucí, de los que Patrimonio Monumental reclama una parte para ser puesto al servicio de quienes visiten la ermita.
Grullón considera que también debe ser preservado un paso eventual de camiones, tras recordar que el templo hay que consolidarlo y darle mantenimiento ocasional.