Por Balbueno Medina
El proyecto de Ley que promueve el diputado Elías Serulle, para agregar un nuevo impuesto a las Telecomunicaciones con el objetivo de expandir el Servicio 9,11 en gran parte del territorio nacional, es una amenaza de la población y a la sostenibilidad de ese importante sector de la economía nacional.
Es altamente sabido que de añadirse un nuevo impuesto a los servicios de Telecomunicaciones, el mismo seria transferido por las prestadoras a los usuarios, razón por lo cual no solamente afectaría el bolsillo de éstos, sino que limitaría el crecimiento del sector por la baja demanda de la población.
La realidad es que en estos momentos el sector de las Telecomunicaciones, al igual que el de los combustibles, representa la mayor carga impositiva para la población dominicana, y por esa razón ha habido un rechazo generalizado a la iniciativa del legislador Serelle, quien deberá reorientar la fuente de financiamiento del mismo para poder llevar a cabo su justa demanda.
Los usuarios de Telecomunicaciones estamos cargando más del 30 por ciento de los impuestos que se pagan por los servicios que recibimos, incluyendo el 2 por ciento al pago del total de cada factura, destinado al Desarrollo de las Telecomunicaciones (DDT), cuyo origen ha sido desviado y no muy bien justificado por el INDOTEL al pueblo dominicano.
Eso nos indica que debemos abogar por una mayor transparencia en la rendición de cuentas en lo que respecta al pago de ciertas tasas e impuestos que se establecen con fines específicos, ya que la entrega de algunas computadoras y la instalación de los llamados Centros Tecnológicos de Informática (CTI), muchos de los cuales han desaparecido, no totalizan la gran cantidad de recursos acumulados por el 2 por ciento que se le cobra a los usuarios de servicios de Telecomunicaciones.
El diputado Elías Serulle, ha dicho que el cero con dos centésimas de dólares de los Estados Unidos de Norteamérica (US$0.02), o su equivalente en pesos dominicanos, que se busca imponer lo pagarán las empresas de Telecomunicaciones, pero él sabe que cada vez que eso sucede en nuestro país, quien termina pagando es el consumidor.
Aplaudimos la posición asumida por las mismas empresas de Telecomunicaciones, las cuales han repudiado la aplicación de este nuevo impuesto a los servicios que ofrecen, porque de esa manera han hecho causa común con quienes resultarían verdaderamente afectados por la iniciativa del diputado oficialista.
Entendemos que las intenciones del legislador Serulle de agenciar recursos a una iniciativa que ha dado buenos resultados a la sociedad dominicana, como lo es el Sistema 9, 1,1, son buenas y que buscan llevar soluciones a los problemas que confrontan las comunidades más pobres del país, pero como hemos planteado deben buscarle otras fuentes de ingresos que lesionen lo menos posible a los consumidores dominicanos.
El 9, 1,1, es una necesidad nacional, que debemos respaldar y si de definitivamente se quiere buscar su fuente de sustentación, no es difícil encontrarla porque en la Republica Dominicana hace muchos años que se ha dejado de penalizar a los juegos de azar y las empresas productoras de alcohol y cigarrillos, de manera que ahí, el diputado Elías Serulle, tiene una alternativa para reorientar la elaboración de su pieza.
En tanto que al conmemorarse este 16 de mayo el Día Mundial de las Telecomunicaciones, es justo que desde ya se deje de hablar de ese impuesto para las Telecomunicaciones nacionales y alabar que por primera vez las prestadoras y los usuarios de servicios de Telecomunicaciones hayan convergido en un punto común que ojalá se traduzca en la solución de los conflictos que mantienen en el Instituto Dominicano de Telecomunicaciones (Indotel) y a los que está obligado a arbitrar eficientemente esa institución.