Por Roberto Veras
«La corrupción es la devastación de la fidelidad de alguien a través de medios inadecuados, o utilizar un poder influyente para alcanzar objetivos. La corrupción significa deshacernos de nuestros valores, integración y dignidad».
A medida que pasa el tiempo, la corrupción va en aumento, a pesar de que los líderes políticos y los países están tratando de reducirla, pero el hecho no se puede cambiar, es difícil de descifrar.
Los gobiernos, ponen en mal uso las propiedades de la nación sin pensar que se les han dado algunas responsabilidades para cuidar de su país.
Desafortunadamente, los pueblos corruptos se están comportando como nuestra madrastra, despolarizándonos de los derechos que deberíamos obtener.
Además, no solo los gobiernos, sino también los poderosos también están usando su influencia para hacer las cosas que quieren, sobre la base de su poder de supremacía.
Es obvio que si un gobierno es corrupto, toda la nación se corromperá.
La corrupción no solo está presente en los gobiernos, sino que también es la causa raíz de todas las acciones incorrectas en los sectores privados.
Amargamente hablando, la corrupción está sucediendo en todas partes, y el mundo entero está corrompido. No es solo parte de las sociedades de clase superior, sino que pertenece a todas las sociedades, naciones y países.
Si alguien afirma que la corrupción ya no existe en su país, entonces tendría una incertidumbre, porque la corrupción es un proceso continuo y sin fin. Si termina en un lado, comienza su ciclo desde el otro lado.
Todos los individuos están corrompidos en el mundo moderno de hoy, y estoy tan mal alimentado como para ser parte de él.
Toda mi vida, mis deseos, mis metas y mi determinación en el pasado y aún en el presente han sido afectados totalmente debido a la corrupción en nuestro país.
La gente está perdiendo su dignidad por este vergonzoso acto y me sorprendió enfrentar a muchas de las personas corruptas en mi vida.
A veces pienso que ¿por qué yo soy parte de enfrentar la corrupción? ¿Quién escuchará nuestras súplicas cuando todo el mundo esté corrompido?
¿Por qué las personas corruptas están arruinando nuestras vidas?
La autonomía para vivir en los últimos años nos ha sido arrebatada, y ahora la vida, que queremos gastar, también está guiada por gente corrupta.
¿Quién terminará esto? ¡ El chapulín colorado !
Desde los médicos especializados hasta los policías, desde los grandes políticos hasta los funcionarios públicos, todos están corrompidos en nuestro país.
La corrupción comenzó en mi vida cuando nací.
Sí, era un bebé y no podía juzgar eso que está sucediendo a mí alrededor.
Pero mi padre me dijo que, cuando estaba a punto de venir a este mundo, el jefe del hospital le pidió a mi padre que les diera dinero extra para admitir a mi madre en una habitación privada, pues no quedaban habitaciones comunes.
Mi madre se estaba muriendo del dolor de parto, pero el director del hospital insistió en que mi padre diera dinero extra como soborno, y por eso mi familia se vio obligada a ser parte de la corrupción.
Cuando tenía 3 años, mi padre decidió que me admitieran en un buena escuela. Mi admisión fue otorgada en una buena escuela, pues el director le pidió a mi padre que hiciera una donación (era una forma nueva de aceptar sobornos) de alrededor 10 pesos. Mi padre me admitió en esa escuela al satisfacer su demanda; De lo contrario, supongo que habría estudiado en una escuelita pública.
Todavía recuerdo que una de mis maestras siempre nos pidió que le diéramos su desayuno, y con frecuencia nos pedía que les dijéramos a nuestras madres que le enviaran buenos regalos el día del maestro.
Era un estudiante un poco tímido y lo que era la corrupción, hasta ahora era poco conocido para mí. Pero estaba muy seguro de que la maestra estaba tratando de enviarnos un correo negro.
Estaba alto de sus amenazas cotidianas.
Una vez, visité a mi director y, sin pensar en mis resultados futuros, le conté todo el escenario.
El Director llamó a mis madres y le dijo, su hijo sospecha y señala los defectos de nuestros profesores de buena reputación.
Levanté la voz porque, aunque era tímido, pero no loco quería justicia ante esas personas de buena reputación, que se hacen llamar personas honorables en nuestra sociedad, pero en realidad, están corrompidas. Mi padre manejó esa situación y me advirtió que no dijera una sola palabra en contra de ninguna.