-El Homenaje que Nunca Quise Escribir-
Por JUAN CRUZ TRIFFOLIO
De su voz emana el cadencioso y contagioso merengue con aroma de pueblo.
Su sola presencia hace evocar el singular sabor del son y el romanticismo del bolero de vellonera.
Porque Joseito es El Diablo con apellido de apóstol, quien ha tenido la sagrada misión de alegrar y contagiar con la sonoridad y picardía de su canto.
Su versatilidad y energía al brillar en los escenarios no parecen tener límites de edad y espacio, envolviéndonos a todos con la bruma mágica que singulariza sus actuaciones.
Porque Joseito es ritmo, es la güira, la tambora, el acordeón y el saxo que irradia y engendra dominicanidad
Eres el nombre, la leyenda y la realidad del hombre artista para quien las barreras han sido estímulos para abrazarse con el éxito y para quien el triunfo, más que servir para coronarse con la gloria, es la oportunidad de ser humilde y cariñoso por y para siempre.
Por eso, cuando suena en tu fiesta “El Merengón”, la gente se alborota para bailar y las que están en un rincón, se van al medio del salón”, porque nadie resiste escuchar tu voz y percibir tu música sin entregarse a la danza popular con la pareja amada.
Con su “Mujer Cariñosa”, llámese “Juana Mecho”, “Loreta” o “Juanita Morel”, no hay dudas de que “El Negrito del Batey”, una veces chupando un gajo de “Caña Brava” y otras tantas, refiriéndose a “La Chiva Blanca” de don José, sin importar que venga “La Patrulla”, nos ha hecho gozar “El Bambaraquiti” o “El Pambiche Lento”, dejándonos vuelto “Leña” de tango bailar y gozar, pidiéndole a “San Antonio” un “Sueño Azul”, advirtiéndonos que, “Cuando Yo Me Muera”, “Lo Tuyo es Mío” y que nunca es tarde para disfrutar “El Tirirí”.
Definitivamente, Joseito Mateo, “Chiquito pero Tupio”, es un rey con una radiante corona copulada de constantes, inextinguibles y absorbentes éxitos en los más variopintos géneros musicales con una exquisitez incomparable.
Además de ser el arquetipo merenguero de mayor permanencia en el escenario y la crónica de la música popular dominicana, es un paradigma progenitor, cantor por excelencia y bailador inagotable de cuantas manifestaciones musicales ha podido cosechar el repertorio comercial y el pentagrama imaginario del folclore caribeño.
En la historia de su idílico reinado, Joseito, también ha sabido ingerir el acre sabor de la despiadada injusticia de los francotiradores de la envidia y el triunfo ajeno, pagando, en ocasiones, con un cuantioso monto la angustia y el pesar de las desalmadas valoraciones provenientes de lenguas viperinas y cerebros maquinadores de vilezas
Pero lo anterior poco importa.
Por tus copiosos y ejemplarizantes aportes a la industria de la alegría, a través de tu canto de esencia popular, eres y continuaras siendo, por y para siempre, una atea que, fuera de avivar el espíritu festivo de nuestro pueblo, permanecerá ardorosa y eterna en la consciencia nacional.
Oh, Joseito Mateo, Rey del Merengue, no sabes el orgullo que sentimos…
Qué inmenso eres, Diablo Mateo..!!