Vladimir Guerrero entra Salón de la Fama de Cooperstown con humildad

0
249
Vladimir Guerrero sostiene su placa.

NUEVA YORK.- Ni siquiera en el día más importante de su carrera deportiva, el del discurso de exaltación al Salón de la Fama, el expelotero dominicano Vladimir Guerrero cambió su personalidad de hombre de pocas palabras y una gran humildad.

Durante el discurso que ofreció este domingo en el recinto sagrado de Cooperstown (Nueva York), reconoció entre una gran sonrisa esa realidad y lo demostró al hablar poco.

“Antes, no hablaba mucho”, destacó Guerrero en el podio de la ceremonia del exaltación en el Clark Sports Center del pueblo de Cooperstown. “Decía que era el bate el que hablaba por mí. Pero ahora tengo que hablar, porque ya no estoy jugando”.

Aunque Guerrero ha sido más accesible a los periodistas en los últimos meses que en prácticamente toda su carrera entera como jugador activo, con presentaciones en los medios de comunicación de su país y el Estados Unidos, al final su discurso fue “corto”.

Ante una concurrida ceremonia al aire libre, con una fuerte presencia dominicana, Guerrero dio gracias a Dios, su familia y su equipo de relaciones públicas.

Dio un reconocimiento a la ciudad de Montreal, donde empezó su carrera de Grandes Ligas con los Expos, además a Canadá, donde siempre lo acogieron como un canadiense más.

Guerrero, convertido en el tercer dominicano que entra al Salón de la Fama, expresó su agradecimiento con sus dos manejadores que tuvo por más tiempo en las Mayores, su compatriota Felipe Rojas Alou (Expos) y Mike Scioscia (Angelinos).

El expelotero dominicano, que vistió la gorra de los Angelinos y que en las 16 temporadas que estuvo en las Mayores consiguió 449 cuadrangulares, promedio de .318 y OPS de .931, formó parte junto a Chipper Jones, Alan Trammell, Jim Thome, Jack Morris y Trevor Hoffman de los nuevos miembros del Salón de la Fama.

“Yo sé que no hablo mucho, pero me siento contento de haber llegado al Salón de la Fama con este grupo, que competí con algunos y los vi jugar”, señaló Guerrero. “Doy gracias, porque salí de un pueblo pequeño, Don Gregorio, Nizao, de Baní”.

Padre de ocho hijos, más uno de crianza, Guerrero no pudo dejar de mencionar el hecho de que el domingo fue el Día de los Padres en su país.

“Estoy contento dos veces, ya que hoy es el Día de los Padres en nuestra República Dominicana”, destacó Guerrero, quien ahora se ha unido a Juan Marichal y Pedro Martínez como los únicos dominicanos en el Salón de la Fama. “Siempre hay que tener nuestra bandera en alto”.

Su gran aportación a la buena imagen del país fue reconocida por el propio gobierno dominicano que estuvo presente en el acto con una delegación oficial para ver como la placa con el nombre de Vladimir Guerrero ya esta colocada en Cooperstown.

El Ministro de Deportes, Danilo Díaz; el Comisionado de Béisbol, Ricky Noboa; el Presidente del Comité Olímpico, Luisín Mejía Ovideo, y el Presidente de la Liga Dominicana de Béisbol, Vitelio Mejía, encabezaron la delegación oficial del gobierno en el acto del Salón de la Fama.

La entrada de Guerrero al Salón de la Fama llega en un momento especial para evitar la “frustración” de vivir una época en la que se pensaba que habría más dominicanos en el Salón, específicamente con los nombres de Sammy Sosa y Manny Ramírez.

Sin embargo, sospechas de dopaje con Sosa y pruebas positivas por sustancias prohibidas de Ramírez hasta ahora han dañado la candidatura de ambos.

En cierto sentido, la elección de Guerrero ha ayudado a aliviar un poco ese dolor, de ahí que hoy en Cooperstown su figura de toletero “único” brilló más que nunca.