Editorial Semanario Católico Camino
REPUBLICA DOMINICANA.- Es alarmante la cantidad de dominicanos que están siendo repatriados desde Estado Unidos. En el primer semestre de este año llegaron a suelo dominicano 807 ciudadanos, después de haber cumplido condena en diversas cárceles norteamericanas por participar en secuestros, falsificación de documentos, asesinatos, venta y tráfico de drogas y otros hechos que empañan la imagen de nuestra comunidad que reside en varias ciudades de esa gran nación.
Como allí el delito no queda sin castigo y las malas acciones tienen consecuencias, cada día seguiremos viendo más compatriotas deportados porque algunos se marcharon de aquí con la creencia de que allá podían actuar como chivos sin ley, y que el tráfico de influencia, la pertenencia a un partido o el poder económico los exoneraba de pagar su culpa por el daño causado a la sociedad. Grave error. Se equivocaron.
Ahora los tenemos aquí, agravando el problema de la inseguridad ciudadana que sufrimos. Muchos son bombas de tiempo que generan violencia ante cualquier situación que podría resolverse con el diálogo.
Hacemos un llamado a las autoridades competentes para que vigilen los pasos de estos ciudadanos que perdieron el rumbo de la vida buscando en la riqueza fácil su felicidad. Ojalá que estos hermanos nuestros logren reencontrarse con los valores que han perdido, y no le sigan causando más sufrimientos a sus padres, a quienes les duele profundamente la mala conducta de sus hijos.
