SANTO DOMINGO, RD.- La hora del almuerzo en el Politécnico Emma Balaguer en Sabana Perdida, del municipio Santo Domingo Norte, es todo un caos debido a que los estudiantes tienen que comer sentados en los pasillos por la falta de un comedor que las autoridades empezaron a construir hace cinco años y sin explicación lo dejaron por la mitad.
A las 12:00 del mediodía, cuando los alimentos llegan, los suplidores y las autoridades del plantel trabajan a toda prisa para evitar que el desorden se haga más grande.
Los niños tienen que llevar sus platos, cucharas y vasos de sus casas para poder comer y tomar agua, luego pasar a fregarlos en dos cubos llenos de aguas que se colocan en uno de los pasillos. Todo esto convierte la sagrada hora de la comida en un tormento para los 607 estudiantes del centro que pertenece a la Jornada Escolar Extendida.
Los alumnos se quejan de la situación tan deplorable que viven a la hora del almuerzo, tanto así que en muchas ocasiones prefieren no bajar al patio y quedarse en el aula.
“Yo me siento muy mal por tener que comer tan incómoda, lo correcto es que tengamos un lugar adecuado para sentarnos, comer tranquilos y disfrutar del recreo, pero tenemos que conformarnos con sentarnos en los muros y en el piso”, manifestó Samira Castellanos, estudiante de cuarto de la secundaria.
Los padres se quejan.
Cansados de ver a sus hijos comiendo en condiciones infrahumanas la Asociación de Padres, Madres, Tutores y Amigos de la Escuela (Apmae) se unieron para exigir al Ministerio de Educación concluir los trabajos del comedor.
“Hace ya cinco años que paralizaron los trabajos y no podemos seguir ignorando la lamentable situación que están sufriendo nuestros hijos, por eso exigimos que se termine el comedor”, exigió Santo Ortiz, presidente de la Apmae en el politécnico..
Actualmente la construcción se ha convertido en el refugio de insectos y ratas que atentan contra la salud de todo el personal del centro escolar.
Por lo cual los padres y maestros pidieron al ayuntamiento del municipio que envíe una brigada para limpiar el terreno y evitar que los problemas de insalubridad se ahonden.
De su lado, el director del centro, Luis Remigio, admitió que la situación es caótica cada vez que llega la hora de la comida.
Indicó que para hacer más fácil y ágil el proceso de alimentar a los estudiantes tienen que dividirlos por grupos.
“Nosotros hemos tratado de organizarnos un poco para el acceso al retiro de la comida, pero la situación no deja de ser incómoda ya que tanto estudiantes y docentes tenemos que comer parados, en especial cuando llueve”, señaló Remigio.
Afirmó que en diversas ocasiones les han hecho saber a las autoridades del Ministerio de Educación la falta que hace la construcción del comedor, “nuestro reclamo inmediato es la terminación y apertura del comedor”, expresó.