Por Roberto Veras.-
La corrupción ha sido una enfermedad endémica en los países del Tercer Mundo latinoaméricano y uno de los principales factores responsables de la pobreza y el subdesarrollo de estas regiones.
Son varios factores que contribuyen a la corrupción en los países del Tercer Mundo. Entre ellos están los sistemas electorales y de justicia. La forma en que la mayoría de los líderes consiguen la inserción en los cargos públicos muy alejados del sistema democrático.
La mayoría son conscientes de que nadie los eligió al primer lugar, por lo que no se sienten responsables ante nadie.
Aquellos que están en el poder en la mayoría de estos países simplemente ven la política como un negocio y no dudan en usar sus cargos políticos para obtener la mayor parte de la riqueza nacional a su antojo.
La corrupción sólo comenzará a reducirse si se ponen en práctica ciertas medidas.
Las situaciones en las que los políticos toman prestado masivamente para apaciguar a los corredores de poder con la esperanza de «recuperar» su inversión después de las elecciones no son un buen augurio para la democracia y la probidad en la gobernanza.
La policía y los tribunales deben estar adecuadamente equipados para desempeñar sus funciones con credibilidad. Los acusados deben enfrentar todas las consecuencias.
Esto también requiere que los poderes de los titulares de cargos se sometan a controles; De lo contrario seguirán jugando con las finanzas públicas con impunidad.
Debemos fomentar la política que realizan en China y algunos países del Medio Oriente, a los saqueadores del tesoro que son condenados, de inmediato son ejecutados públicamente para servir de disuasión a otros.
