LA PAZ .— En medio de una escalada del conflicto tras las polémicas elecciones en Bolivia, el presidente Evo Morales rechazó el domingo los pedidos de renuncia y convocó a sus seguidores a defender su gobierno.
“Es un golpe de estado en proceso, es una abierta conspiración, no quieren reconocer el voto indígena”, dijo el mandatario.
Morales anunció una “reunión de emergencia” el lunes con los sindicatos que lo respaldan para “planificar la defensa de la democracia”.
El mandatario habló desde una radio aymara en La Paz. “No tengo miedo, no tengo nada que ocultar, que prueben el fraude. Los opositores buscan muertos para echarme la culpa. Lo mejor es esperar la auditoria electoral internacional de la OEA”, dijo.
El líder opositor Luis Fernando Camacho demandó la renuncia de Morales tras la muerte de dos manifestantes opositores en las mayores protestas que tienen lugar en Bolivia tras el polémico recuento de votos el 20 de octubre, que le dieron victoria a Morales en primera vuelta para un cuarto mandato.
Las elecciones han polarizado al país entre quienes apoyan al mandatario, en el poder casi 14 años y quienes rechazan su continuidad.
Marchas a favor y contra, cortes de rutas, ciudades paralizadas por huelgas y bloqueos callejeros, cacerolazos nocturnos en contra del mandatario en las ciudades mantienen en vilo al país desde hace dos semanas.
Dos fallecidos, más de medio centenar de heridos y más de cien detenidos es el saldo de la violencia principalmente en Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, las ciudades más grandes del país. A pedido del gobierno, una comisión de la Organización de Estados Americanos (OEA) comenzó el viernes una auditoria electoral, pero la oposición rechaza la misión ante el temor de que avale el resultado.
Morales dijo que espera que el informe de la misión, “sea técnico-legal y no político”.
El sábado en Santa Cruz, Camacho aludió a Morales y dijo que “tiene 48 horas para renunciar el tirano, sino el lunes vamos a tomar decisiones para que se vaya”.
Llamó a los militares a ponerse “del lado de su pueblo”.
A medida que avanza el conflicto, la oposición ha radicalizado sus posiciones. Inicialmente demandó una segunda vuelta electoral y ahora la renuncia de Morales y nuevos comicios. A pesar de su victoria y la estabilidad económica y política que lideró desde su arribo al gobierno en 2006, Morales tuvo la votación más baja de su carrera.
Su popularidad ha caído debido a escándalos de corrupción y su decisión de desconocer un referendo que rechazó su postulación este año. En analista y físico Francesco Zaratti ha calificado la situación como la “primera boliviana”.