Iglesia Católica Dominicana deplora condiciones en que se vive zona rural

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Marginalidad dominicana

SANTIAGO DE LOS CABALLEROS, RD.- El Arzobispado de aquí califica como inconcebible que residentes en la zona rural del país continúen en condiciones deplorables, careciendo de lo indispensable para vivir y que tengan que salir del campo para formar cordones de miseria en las ciudades.

La institución religiosa a través del editorial del próximo domingo, en el semanario Camino señala que llena de tristeza el relato hecho por el sacerdote Miguel Ángel Gullón sobre la forma en que fueron desalojados en horas de la madrugada del pasado jueves, campesinos de El Seibo que protestaban de forma pacífica frente al Palacio Nacional.

“Llegar al campo con soluciones, no dejar huérfanos a quienes hacen parir la tierra, ni hacerse indiferentes frente a los que quieren pisotear y avasallar a quienes reclaman justicia”, sostiene Camino.

Precisa el escrito que, el sacerdote Miguel Ángel Grullón describió una escena dolorosa de épocas “felizmente superadas” en la República Dominicana.

“Estos hermanos reclaman el derecho a vivir en unos terrenos que fueron declarados de utilidad pública por el presidente Balaguer en el año 1975”, apunta el órgano escrito de la Iglesia católica.

Camino considera que si en el país se quiere frenar el éxodo cada vez mayor de hombres y mujeres que huyen de la indigencia para ir a formar los cordones de miseria en las ciudades, hay que pasar de las palabras a los hechos.

Sin embargo, en el editorial titulado “Buena Señal”, la Iglesia católica apunta que llena de esperanza ver que luego del incidente, funcionarios del gobierno se reunieran con dirigentes campesinos de El Seibo, para buscar una salida justa al drama que están sufriendo.

“Nos unimos a las palabras de monseñor Francisco Ozoria, Arzobispo de Santo Domingo, el cual expresa: Queremos llamar a la solidaridad con estos hermanos de El Seibo, pensar que ellos son una muestra de tantos desalojados que hay en el mundo, de tantas personas y familias que son desalojadas de su techo, de su tierra, y desalojados de sus -derechos”, puntualiza Camino.