Falleció Nelly Colque, precursora de la lucha por la democracia boliviana que hizo frente a la dictadura

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Nelly Colque, luchadora por la justicia social y la democracia .

En 2013, el gobierno la condecoró con el Cóndor de Los Andes. La alcaldía de Tiquipaya le negó el entierro en el sector notables. La familia busca dónde hacer reposar sus restos..

BOLIVIA.- Ayer falleció de un paro cardíaco Nelly Colque Aramayo (76), en la ciudad de Cochabamba. Conocida en su juventud como Nelly Paniagua, por su apellido de casada, esta ama de casa del centro minero Catavi (Potosí) comenzó junto a seis de sus hijos una huelga de hambre en la ciudad de La Paz, el 28 de diciembre de 1977, pidiendo por su vástago mayor y por su esposo, quienes estaban desaparecidos, tras cuestionar el régimen del entonces dictador Hugo Banzer.

A ella se fueron sumando otras esposas de mineros en similar situación: Luzmila de Pimentel, Aurora de Lora y Angélica de Flores, con sus respectivos hijos. Más adelante, Domitila Chungara, Julio Tumiri (fundador de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia), Luis Espinal, Javier Albó, mineros, obreros y otros sectores.

«Cuando yo era niña hemos entrado (en huelga de hambre) porque mi papá estaba preso, desaparecido. No lo podíamos encontrar”, cuenta su sexta hija, Mabel Paniagua.

“Él era dirigente minero. Una vez vino Banzer a hablar que las cosas estaban bien, y mi papá le ha dicho: ‘pero no alcanza el dinero, es muy poco para nueve hijos’. En esa época de la dictadura cruel había, igual como ahora: tanques, disparaba la gente; si tú hablabas algo te podían llevar preso, buzos… nos sentíamos impotentes”, agrega.

  • Nelly Colque, Luzmila de Pimentel, Aurora de Lora y Angélica de Flores, junto a sus hijos, en la huelga de hambre que comenzaron el 28 de diciembre de 1977. 

“Estas dictaduras son traumas que a veces no se pueden borrar, uno quiere, pero son horribles”, dice, mientras se le quiebra la voz. Ella recuerda a militares entrando a su casa rompiendo las cosas. A su papá se lo llevaron cuando salió del trabajo. Al verse en esa situación, Nelly Colque les dijo: ‘qué vamos a hacer, no tengo ya nada para darles de comer, la casa nos van a quitar (solo era para los trabajadores y él estaba desaparecido)”.

Vendieron su refrigerador y viajaron a la ciudad de La Paz en la flota Bustillos, recuerda, para buscar a la familia y para evidenciar la injusticia.

Llegaron a Juvenca (ahora Café Semilla), donde los sacerdotes Julio Tumiri y Javier Albó los acogieron. “Yo he venido aquí a pelear, a darle huelga de hambre, porque en mi casa es fácil que se muera mi familia; ¡quiero que vea la gente cómo nos estamos muriendo!”, dijo Colque, según su hija. Otras mujeres amas de casa en similar situación llegaron a La Paz con sus niños y empezaron la huelga un Día de Inocentes, 28 de diciembre.

“Nadie creía que íbamos a resistir, pero como no comíamos tampoco antes (pudimos)… a los menores nos daban Coca Cola y pastillas, ¡nosotros éramos felices!”. Una semana después se sumaron en otro espacio Domitila Chungara y sacerdotes católicos.

Mabel Paniagua reclama que en el libro Historia de Bolivia, escrito por Jose de Mesa, Teresa Gisbert y Carlos Mesa, se haya omitido el nombre de su madre, quien fue verdaderamente la precursora de esa lucha, junto a Luzmila de Pimentel, Aurora de Lora y Angélica de Flores. “Domitila Chungara, recién una semana después, hizo otro piquete a la par, en otro lugar, junto a los sacerdotes”, afirma.

Ana, Lourdes, Rolando, Mabel, Judith y María son los seis hijos de Nelly Colque que participaron en la huelga de hambre (sus otros hijos son Fernando, Lupe y Juan Carlos). Mabel recuerda que el presidente Banzer fue a visitarlos mientras llevaban a acabo la medida y que les ofreció una casa para salir de esa situación. “Mi madre le dijo en su cara: ‘No, he venido por convicción, porque hay mucha injusticia’. Se buscaba que renuncie Banzer y que vuelva la democracia”.

  • Velorio de Nelly Colque, en su domicilio de Tiquipaya (Cochabamba). Foto: Familia

Para el politólogo boliviano Jorge Abastoflor, la huelga de hambre iniciada por estas cuatro mujeres mineras “fue el comienzo de la lucha por la recuperación de la democracia.Un régimen como el de Banzer, que reivindicaba principios como la familia, no podía estrellarse contra mujeres humildes que reclamaban dignidad. El movimiento que se originó, causó la caída de Banzer. Se realizaron elecciones el año 1979, que ganó la UDP. Pero se produjo el golpe de Natush. También se realizaron elecciones en 1980. Sobre la base de los resultados de las elecciones de 1980 se formó gobierno, con la UDP, el año 1982, retornando la democracia”.

Mabel considera que la dictadura ha vuelto a Bolivia. “Me duele mucho que la gente muera, que de su vida y a nadie le importa… Cuando me enteré que mi mamá ha muerto (ayer), a mis amigas les he dicho: ‘la democracia ha muerto como mi mamá, nos toca pelar para que esto salga adelante’. Yo no estoy a favor de nadie, pero no me parece que no hay prensa que pueda decir lo que siente, la gente muere y a nadie le interesa… Ayer estaba en El Alto (La Paz), han disparado a personas, el viernes igual, no hay miedo para disparar, ¿qué nos está pasando?”.

Ante la pregunta de quiénes están disparando, no quiso decirlo por miedo a tener problemas. “Yo tengo miedo. Hay algo que no está bien. No sé si la gente sabe y se hacen a los locos o no sé, no entiendo”, dice y no quiso hablar más sobre el tema.

En 2013, el gobierno boliviano condecoró con el Cóndor de los Andres en el Grado de Caballero a Nelly de Paniagua, Luzmila de Pimentel, Aurora de Lora y Angélica de Flores.

Los restos de Colque están siendo velados desde ayer en su domicilio de la calle Cillavi N° 50 (portón guindo) de Tiquipaya, en la ciudad de Cochabamba. La familia se comunicó con autoridades de la alcaldía de Tiquipaya para poder enterrarla en el sector notables del cementerio, pero recibieron una negativa. A las 12:53 aún no se sabía dónde iban a enterrarla.