La prima monja del papa Francisco que será su traductora en Tailandia

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Ana Rosa Sivori

La última vez que el argentino se vio cara a cara con Ana Rosa Sivori fue hace cuatro años

PANAMA.- El papa Francisco inicia el próximo miércoles una visita oficial a Tailandia, donde contará con una traductora muy familiar: su prima Ana Rosa Sivori, quien llegó al país asiático como misionera hace más de medio siglo.

«El papa sugirió a los organizadores que yo fuera su traductora durante su viaje a Tailandia. Para mí fue una grata sorpresa y es un orgullo», afirma a Efe la monja, de 77 años, frente a la capilla de la congregación de las Hermanas Salesianas en Bangkok.

La religiosa, que aprendió la lengua local «como vía de llegar hasta la población más desfavorecida», será la encargada de adaptar los sermones de las misas que ofrecerá el papa Francisco, a quien se refiere con tono cariñoso como Jorge, su nombre de pila.

«De joven, Jorge era un chico muy estudioso y amante del fútbol. Nuestra familia está muy unida y en Argentina siempre coincidíamos en las reuniones familiares», comenta la monja, quien comparte bisabuelo con el pontífice.

La hermana asegura que el catolicismo tiene «buena salud» en este país asiático a pesar de la pequeña comunidad de devotos, menos de 400.000 católicos, el 0,58 % de los 60 millones de habitantes de Tailandia.

La hermana Ana Rosa llegó en 1966 como misionera a Tailandia, poco más de un año después de entrar en la vida religiosa, y actualmente es una de las regentes de las cinco escuelas católicas para niñas que tiene la congregación en el país.

La última vez que los primos coincidieron fue en Roma en 2015, durante una parada en el viaje de regreso a Argentina de la monja.

Para mantener el contacto, la hermana Ana Rosa y el papa Francisco son «muy tradicionales» y continúan utilizando las cartas escritas a mano, aunque para «asuntos urgentes» también utilizan el correo electrónico, pero con la mediación el secretario del pontífice.

«Será una ilusión verlo, charlar y compartir el viaje con él», concluye la religiosa.