CARTA PÚBLICA AL DR. FERIS IGLESIAS
Muy distinguido Sr. Dr. Jesús Feris Iglesias
Ciudad
Quiero sumarme a la hilera de congratulantes para con Ud. por el merecido reconocimiento que le hizo a su persona el Ministerio de Ciencia y Tecnología como “investigador científico de la Nación” año 2019.
Ahora con su venia me tomaré la libertad de exponerle un gravísimo problema nacional que ha sido silenciado e invisibilizado por TODOS los partidos políticos y sus candidatos que se tercian y se riñen por tener en sus labios “las mieles del poder”, incluyendo un partido amigo del pueblo, como lo es el de Guillermo Moreno.
Permítame primero decirle, sin que Ud. me lo haya pedido, cuales son las tres grandes orientaciones que rigen mi vida.
La tercera es conocida de todos: soy un hombre de las ciencias sociales. Las dos primeras son a) la lucha incansable, auténtica y no fingida en los medios, por la justicia en general para con los débiles; y la otra es b) combatir, aunque me cueste la vida, el proyecto domínico-extranjero de la haitianización de la República.
Esta verdadera y no sólo simulada orientación de mi conducta me coloca en las filas de los patriotas que ha habido desde el 1844 hasta hoy.
Como patriota dominicanista y como hombre de cultura, me resisto a que este país sea degradado, ligado, asemejado, unido o fusionado
con la “la barbarie africana” (como solía expresarse el gran estadista argentino Domingo Faustino Sarmiento) que están representadas por las hordas afro-haitianas que están en el país y en Haití y que ya tienen ocupados varios puntos geográficos del territorio nacional.
Como reconocido marxista que soy no puedo ser indiferente a la de facto liquidación de las clases obreras dominicanas por la mano de obra haitiana, o sea, el ya casi inexistente campesinado y los obreros productivos industriales de la construcción.
De acuerdo con tratadistas del tema, la mano de obra haitiana ya alcanza un 90% en el campo y cerca de un 70 % (o más) en la construcción.
Esta realidad socioeconómica de la liquidación de facto de las clases obreras dominicanas viene siendo reforzada propagandísticamente por el “fake news” de que la mano de obra haitiana aporta casi un 5% al PIB nacional. Esta mentira es blandida como arma de lucha ideológica para afirmar que la invasión pacífica haitiana es conveniente para la República.
Una de las consecuencias (pero no la única) de la preponderancia laboral de la mano de obra haitiana ha sido la conversión de los otrora fuertes sindicatos criollos en bagazos de organizaciones obreras.
Por otra parte el panorama es bastante negro para la República, los trabajadores dominicanos y también para los patriotas, ya que con un cambio de gobierno en el 2020 no pasará nada, sino que todo quedará igual a como está ahora con respecto al problema de la haitianización del país.
En efecto: la actual criminalidad generalizada y el problema haitiano como se lo ha definido aquí, constituyen los dos más graves problemas que tiene la República. La gravedad del problema haitiano sólo es comparable con la amenaza de liquidación de la naciente población criolla y españolista de principios del siglo XIX, o sea el peligro de liquidación que significó para la población de cultura española con influencias africanas y taínas en el 1822.
Ni siquiera con la tiranía de Trujillo o con la segunda ocupación norteamericana del 1965 confrontó la población dominicana de todos los colores una situación tan grave como la actual bajo el peligro de una lenta y silenciosa haitianización. Una haitianización que , por cierto, es apoyada desde dentro por las “Quintas Columnas” que actúan a favor de ella desde la prensa, la televisión, las organizaciones eclesiásticas y ciertas personalidades políticas del Gobierno, amén de las llamadas ONGs que son las verdaderas “tropas de choque” en favor de la haitianización del país.
Es bueno repetir esa idea: Nunca antes el país había confrontado una situación tan grave para toda la población como significa la ocupación pacífica haitiana y la criminalidad generalizada.
— Digo y afirmo con conocimiento de causa que atendido el hecho de que los principales partidos y sus candidatos que tercian por la Presidencia de la República no se interesan por este problema, ellos no cambiarán ni desde el Gobierno ni desde la oposición en lo más mínimo el creciente proceso de haitianización porque para ellos eso no es un problema. Y ahora viene la pregunta que ningún político quisiera responder: ¿quién bajó la línea política de no tocar el tema haitiano en las elecciones? ¿Quién sino los empresarios pudieron haber dado esa orden? ¿Lo sabe Bernardo Vega, quien ha venido abogando porque no se toque este tema en la campaña electoral?
¿Cómo es posible que el tema haitiano, como se lo describió más arriba, no sea uno de las temas de la campaña electoral?
¿En cuál país democrático un peligro nacional de esa magnitud no es tratado en una campaña electoral por todos los aspirantes a los cargos públicos?
¿Pasaría eso en los EEUU, en Francia, en Inglaterra, Alemania, La Argentina, El Uruguay etc.?
Reciba Ud., respetable Dr. Felis Iglesias, la expresión de mi afecto personal.
Prof. Dr. Mario Bonetti (Universidad de Nuremberg)