SANTO DOMINGO, RD.- Otra vez, República Dominicana figura entre los países más corruptos de América Latina en un informe de Transparencia Internacional (TI) que coloca a Uruguay, Chile y Costa Rica como las naciones más limpias de la región.
Entre los que reprobaron en el Índice de Percepción de la Corrupción (CPI) figuran Cuba, con 48 puntos sobre 100, Argentina con 45, Ecuador con 38, Colombia con 37, Panamá y Perú con 36, Brasil (35), El Salvador (34), Bolivia (31), México (29), República Dominicana y Paraguay (28), Guatemala y Honduras (26), Venezuela (16) y Nicaragua (22 puntos).
Teresita Chávez, coordinadora para las Américas de TI, lamentó que América Latina lleve cuatro años “atascada”, sin registrar mejoras. “Esto demuestra que la región fracasa en la lucha contra la corrupción”, argumentó la experta, que relacionó esta lacra con las protestas en Chile y Panamá.
Dijo que Latinoamérica “arrostra retos significativos de líderes políticos que actúan en sus propios intereses a expensas de los ciudadanos”.
Chávez hizo hincapié en los problemas del financiamiento partidario, las consultas públicas de la acción de gobierno y la integridad electoral.
“La corrupción acaba desgastando a la democracia”, afirmó.
Recordó que el escándalo Odebrecht, “uno de los mayores a nivel global”, se extiende por diez países latinoamericanos donde la constructora brasileña entraba a través de “donaciones” a partidos en campaña.
Resaltó el “decepcionante” caso de Honduras, que acaba de cerrar la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), la “preocupante” situación de Brasil, donde se han dado “nulos avances”, y las fuertes caídas en el CPI de Nicaragua y Venezuela.
“Estos dos países tienen mucho en común: muchas grandes violaciones de los Derechos Humanos, opresión de la oposición, servicios públicos deficientes y acción de gobierno sin consultar a los ciudadanos”, expresó.
Agregó que “en Venezuela el quebranto de la democracia se acerca al punto de Estado fallido”.
El informe explica que para afrontar la corrupción se deben reforzar los controles entre los poderes del Estado, blindar los procesos electorales para asegurar la transparencia y limitar la influencia económica en la política.