SANTO DOMINGO, RD.- Manuel Ramón Morel Cerda, abogado y pasado presidente de la Junta Central Electoral, le restó valor histórico y consistencia documental a las memorias puestas a circular la pasada semana por Monseñor Agripino Núñez Collado, en su libro “Ahora que puedo contarlo…”, primer tomo.
El libro se pone a circular esta semana en Santiago, y Morel Cerda encontró muchas inexactitudes, imprecisiones, datos errados y en fechas que no se corresponden, lo que tiende a crear confusión en quienes los lean.
“Es lamentable que estas “memorias” omitieron todos los acontecimientos verdaderamente importantes del año 1999 y los primeros cinco meses del año 2000, como fueron: el embargo de los fondos de la Junta Central Electoral, por la Fuerza Nacional Progresista y su desenlace”, dice Morel Cerda en su documento de refutación entregado a Acento.
Entiende que en este recuento de memorias se hacen notorios los saltos cronológicos los cambios de nombres y las omisiones que se hacen relevantes porque para compendiar los años de 1998 al 2004, se observa un salto de 1999 al 2002. “No se sabe si se trata de un archivo descuidado o de una memoria desobediente. Se relatan hechos que ocurrieron en el año 2002 como si hubieran acontecido en el año 1999. En fin, se trata de un amasijo de hechos que perdieron el rumbo y se dejaron guiar por un cicerone a quien se le olvidó el camino”, según el ex presidente de la JCE.
A continuación el documento íntegro del doctor Morel Cerda sobre el libro de Agripino Núñez Collado:
LOS CAPÍTULOS QUE SE LE OLVIDARON A NÚÑEZ COLLADO
POR EL Dr. MANUEL RAMÓN MOREL CERDA
Con una aplastante publicidad por todos los medios de comunicación, monseñor Núñez collado puso a circular la primera parte de sus memorias sobre su mediación en los conflictos de la Junta Central Electoral, desde el año 1994 hasta el año 2004. Esas memorias pudieron tener otro intitulado, dado que mi nombre figura en todos las paginas hasta dos o para más de diez menciones en ocho páginas y en ninguna de ellas no merezco sino una crítica o denostación.
El autor de estas memorias es un clásico en toda la extensión, aparece en “memorias de un ser paradójico” de Fedor Dostoievski, en razón de que al escribir uno no sabe si escribe el sacerdote, el político, el empresario o el hombre de mundo. Pero también asoma en lady Macbeth, en su obsesión para convencer a su marido para asesinar al rey Duncan, con estas o parecidas expresiones “es como el gato de la fábula, que se muere por comerse un pez, pero no quiere mojarse las patas”. Por lo mismo a Mefistófeles, que inquietaba con sus continuas travesuras en la hacienda del Doctor Fausto en la memorable de Goethe, en fin, los ejemplos son infinitos hasta el punto de que algunos de los discípulos de Freud, los denominó “los obsesos de la idea fija”.
En este recuento de memorias se hacen notorios los saltos cronológicos los cambios de nombres y las omisiones que se hacen relevantes porque para compendiar los años de 1998 al 2004, se observa un salto de 1999 al 2002. No se sabe si se trata de un archivo descuidado o de una memoria desobediente. Se relatan hechos que ocurrieron en el año 2002 como si hubieran acontecido en el año 1999. En fin, se trata de un amasijo de hechos que perdieron el rumbo y se dejaron guiar por un cicerone a quien se le olvidó el camino.
En la página 306, se advierte una inexactitud; Antonio Lockward, no era el secretario de la Junta Central Electoral, en ese periodo, sino Amable Díaz. En la página 307, se hace alusión a un señor nombrado como Miguel Gil Mejía del Banco del Comercio como formando parte de la comisión de asesores técnicos que no llegó nunca a la junta como en cambio sí lo hizo, que no aparece en las memorias la Directora de informática de Codetel la Ing. Isabel Morillo.
Es de observar por su relevancia un salto cronológico que omite acontecimientos importantes durante todo el ano, 1999 y 2000, incluyendo las elecciones de mayo del año 2000, de modo que lo relatado como habiendo acontecido el 16 de agosto del año 2000, en realidad ocurrió el 16 de mayo de ese año, así como tampoco se corresponde con la realidad de la fecha y es que en horas de la noche se fuera a donde Hipólito Mejía para felicitarlo, porque el señor Núñez Collado y el señor José Miguel Bonetti Guerra, estaban en mi despacho hasta altas horas de la noche y no había un ganador definido aún, lo cual se produjo el día 17, al otro día después de la visita que hiciera Danilo Medina a Balaguer y la negativa de este para respaldar ir a una segunda vuelta lo que obligó al señor Medina a reconocer públicamente el triunfo de Hipólito Mejía. En la página 310 lo relatado no se corresponde con lo ocurrido dado que la propuesta de aumentar el número de jueces de 5 a 7 había sido acogida y con este número se celebraron las elecciones del año 2000, en las cuales no hubo ni una sola impugnación a nivel nacional (esto fue olvidado u omitido por Núñez collado). De modo que lo relatado de la página 310 en el penúltimo párrafo acerca de la propuesta en abril del año 2000, de subir el número de jueces en el año 2000, no aconteció sino dos años más tarde ya para las elecciones del año 2002. Proseguimos con lo relatado en la página 2011 a propósito de lo dicho en el último párrafo que no se corresponde con la verdad, porque la comunicación enviada al diario Hoy, en la que se anunciaba mi renuncia se determinó con precisión que había sido falsificada mi firma y su autor sometido a la acción de la justicia y sancionado al respecto. De modo que en esa carta no se hablaba de mi oposición al aumento de los jueces de 7 a 9, porque esa especie no se planteó en esa fecha sino solamente mi renuncia de la junta, lo cual trajo consigo que el propietario del periódico en cuestión, el señor Jose Luis Corripio, me llamara por teléfono en horas tempranas de la mañana para disculparse conmigo y me manifestó que había tomado las medidas correspondientes (el despido del jefe de redacción de dicho periódico). En la página 302 se incurre nuevamente en error al hablar de “novena ronda” y del nombramiento de dos comisiones para abril del 1999 y en el párrafo siguiente se relata que el senado aprobó la variación del número de jueces, para luego apuntar que “las elecciones del 2000 se celebraron sin ningún incidente”. Como se advierte los hechos no ocurrieron de esa manera, salvo lo referente al resultado electoral.
Hay que resaltar lo siguiente, es lamentable que estas “memorias”, omitió todos los acontecimientos verdaderamente importantes del año 1999 y los primeros cinco meses del año 2000, como fueron; el embargo de los fondos de la Junta Central Electoral, por la Fuerza Nacional Progresista y su desenlace. La visita del enviado personal del presidente Clinton, John Hamilton, al presidente Fernández y luego la reunión convocada a la embajada con dicho señor a los representantes de todos los partidos y quien escribe fungiendo como relator, también se omitieron las sesiones que se celebraron en la Junta Central Electoral con la directivas y los candidatos de todos los partidos contando con la presencia de la Comisión de Seguimiento encabezada por Núñez Collado, las reuniones en la Junta con los candidatos de todos los partidos y un representante del Doctor Balaguer; por igual los intentos de renuncia de Núñez Collado a la Comisión de Seguimiento por unas declaraciones suyas que fueron desmentidas por mí y mi reacción al respecto a ese ofrecimiento.
También en la página 313, se observa el siguiente lapsus; se habla del presidente Mejía en el año 1999, con algún acontecer que ocurrió en el año 2002.
El recuento de errores, lapsus, actos cronológicos se hace interminable. Es muy lamentable que esta situación se hayan presentado, porque le resta valor y mérito a las memorias en cuestión confiriendoles un carácter desprovisto de valor histórico.