La gloriosa noche de la separación

0
365

Entre la tensión y la alegría.

Al fin llegaba el momento ansiado por los luchadores de la libertad y, pese a que confiaban en que triunfarían, hubo nerviosismo y preocupación en los instantes decisivos.

Esa noche histórica del 27 de febrero de 1844 parte de la población de la ciudad intramuros deSanto Domingo se sobresaltó cuando el silencio fue destrozado por el trabucazo disparado por el prócer Matías Ramón Mella, en la Puerta de la Misericordia, ante las pocas personas que asistieron al acto.

Con la descarga y el izamiento de la Bandera Nacional, realizado por Francisco del Rosario Sánchez en la Puerta del Conde, se cerraba con éxito una fase del riesgoso y prolongado trabajo conspirativo efectuado por un decidido sector de la juventud, liderado por Juan Pablo Duarte, ideólogo de la liberación, con el cual se iniciaba el final de 22 años de dominación haitiana.

En la proclamación de la independencia no estuvo presente Juan Pablo Duarte, fundador del movimiento de liberación, quien debió exiliarse para salvar su vida.

Sin embargo, el héroe Francisco del Rosario Sánchez, que había asumido la dirección de la causa separatista en ausencia del líder revolucionario, exclamó: “Dios, patria y libertad”, y los presentes gritaron ¡Viva Juan Pablo Duarte!

Primero, los comprometidos con la liberación de la patria se reunieron en la Puerta de la Misericordia, en torno a Mella. Y aunque daba la impresión de que el plan podría fracasar el héroe disparó su trabuco y gritó: “¡La suerte está echada! No podemos retroceder”.

La valerosa acción del dominicano infló los ánimos y los patriotas se trasladaron a la Puerta del Conde, junto con otros grupos, dirigidos por Sánchez, Tomás Bobadilla, Manuel Jimenes, Remigio del Castillo, José Joaquín Puello y Eduardo Abreu. En el baluarte, Sánchez proclamó: “¡Separación, Dios, patria y libertad, República Dominicana!”.

“Aunque los sectores que organizaban el golpe contra el gobierno haitiano esperaban con ansias el planeado acontecimiento, la noche del día 27 de febrero de 1844 parte de la población de la ciudad de Santo Domingo fue sorprendida cuando detonó el trabucazo disparado por el prócer Matías Ramón Mella, en la Puerta de la Misericordia, ante las personas que asistieron al heroico acto”, contó José María Serra.

La participación de Pedro Santana en la separación
 

El influyente hatero Pedro Santana, del bando conservador, sumó fuerzas para que los separatistas pudieran proclamar la independencia.

El dominicano, reconocido por su ruda capacidad de mandar, salió con sus tropas en la madrugada del 25 de febrero, desde El Seybo hacia la ciudad de Santo Domingo, donde se había previsto que se haría la proclamación de la Independencia.

Pero antes, Santana hizo el pronunciamiento en El Seybo para la causa de la separación y de esta forma esa localidad fue la primera en manifestarse.

La independencia solo fue declarada después de que los patriotas tuvieron la seguridad de que las tropas de la región, encabezadas por Santana, se dirigían hacia Santo Domingo. La noticia fue dada por José Cedano y tres seybanos, que formaron parte del grupo que tomó la Puerta del Conde.

Santana se convirtió en el hombre del poder tras la gesta de la independencia, pues desplazó de la principalía a los jóvenes trinitarios y a Tomás Bobadilla.

Se le reprocha que expulsara del país a Duarte y a otros febreristas, tras declararlos traidores e infieles a la patria en agosto de 1844.

Además en el 1845, cuando se conmemoraba un año de la proclamación de la independencia, su gobierno fusiló a la heroína María Trinidad Sánchez y a otros revolucionarios que participaban en un complot para deponer su régimen. Primero, la patriota y los demás compañeros fueron condenados por conspirar para derrocar al gobierno de Santana y crear las condiciones para que retornaran los trinitarios desterrados, entre los que se encontraba su sobrino Francisco del Rosario Sánchez.