Por Editorial Periódico Camino
Estamos aturdidos. La cantidad de muertos que va dejando el coronavirus en el mundo presenta una estela de tristeza y dolor. Miles de hogares sienten hoy una pena profunda al no tener a su lado al ser querido que se marchó a la eternidad sin poder decir adiós. El drama no parece real.
Ante este hecho tenemos que acompañar a los que sufren demostrándoles los sentimientos más nobles que se anidan en nuestros corazones, con las acciones de solidaridad capaces de llenar cada espacio de la cotidianidad.
En los barrios y campos dominicanos encontramos personas carentes de lo indispensable para vivir, y la situación generada por el covid-19 ha puesto al descubierto la miseria en que ven pasar sus días.
Otros hermanos y hermanas, a consecuencia de esta pandemia, están pasando por momentos de pánico y soledad interior que van trastornando su sistema nervioso.
Frente a este hecho hacemos un llamado a psiquiatras y psicólogos para que lleven aliento y recomendaciones precisas a este segmento de la población que en muchos casos está huérfano del apoyo de estos profesionales, para que sus orientaciones les ayuden a calmar sus angustias. Pueden utilizar los medios de comunicación para prestar este servicio.
Este es un momento de sembrar esperanza. Por eso desde camino compartimos las edificantes palabras que transmite el Papa Francisco a todos los pueblos de la tierra.
“Nuestra cercanía a los médicos, a los agentes sanitarios, enfermeras y enfermeros, voluntarios… Nuestra cercanía a las autoridades que deben tomar medidas duras, pero por nuestro bien. Nuestra cercanía a los policías, a los soldados en la calle que siempre tratan de mantener el orden, que se cumplan las cosas que el gobierno nos pide que hagamos por el bien de todos. Cercanía a todos.”
La tarea es de todos. Saldremos airosos. Triunfaremos.
