Las bodegas dominicanas forzadas a cerrar por falta de espacio para cumplir con la distancia social

0
83
La bodega dominicana “El Guayo” en la esquina de la calle 174 y avenida Ámsterdam en el Alto Manhattan es uno de esos negocios que han tenido que cerrar por falta de espacio para cumplir con la distancia social por el coronavirus. (Foto Miguel Cruz Tejada).

Por Miguel Cruz Tejada

NUEVA YORK._ Numerosas bodegas dominicanas en distintos condados de la ciudad, están forzadas a cerrar sus puertas, debido a la falta de espacio interior para poder cumplir con la regla de distanciamiento social de seis pies o más, dispuesta por las autoridades para evitar que la propagación del coronavirus siga extendiéndose en la ciudad.

En el Alto Manhattan y El Bronx, donde se sitúa la mayor parte de esos negocios, muchos denominados “Mini Markets”, el cierre es visible en cuadras de comunidades con gran concentración de dominicanos.

Las bodegas, negocios comunitarios tradicionales, son en más del 90 por ciento, propiedad de pequeños y medianos comerciantes dominicanos.

Pero a diferencia de los supermercados que se mantienen abiertos y amplios espacios en sus interiores, en los que se pueden acoger hasta grupos de 10 compradores, las bodegas, cuentan con lo que equivale a un”callejoncito”, debido a las estanterías donde los bodegueros colocan sus mercancías.

La estrechez, dijo a este reportero, el bodeguero Vinicio Pérez, dueño de un negocio en El Bronx, es el factor principal que los obliga al cierre, por lo que no pueden respetar la distancia social.

De esa manera también, los propietarios evitan las multas con las que la ciudad está penalizando a los infractores, voluntarios o no, con montos de hasta $500 dólares por la primera falta.

Un recorrido de este reportero por muchos de esos negocios mostró que los clientes tratan de cumplir con el requisito, pero se hace difícil, excepto que no entren de dos en dos o de uno en uno, lo que limitaría la dinámica y prontitud.

Las bodegas dominicanas en Nueva York, además de ser establecimientos comunitarios en los vecindarios, con la familiaridad a los clientes y el servicio personalizado, venden casi todos los productos dominicanos que pueden entrar a Estados Unidos desde la República Dominicana.

Desde arroz, aceite, habichuelas, salsa, sal, azúcar, verduras, plátanos, guineos, refrescos, dulces y hasta chicherías que incluyen bombillos, sombrillas, peines, candados, escobas, cervezas, frituras como chicharrones, tostones, longanizas y patatas asadas, entre muchos otros, son parte de las ofertas que tienen las bodegas para sus clientes.

También expenden sándwiches, café, té caliente, cigarrillos y golosinas.