Por Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ La funeraria Andrew T. Cleckley Funeral Services ubicada en el vecindario Flatlands en Brooklyn, que apilaba cadáveres de muerto por COVID-19, que se pudrían en camiones de mudanzas de la mudancera U-Haul, cobraba $15 mil dólares por la cremación de los cuerpos, de los cuales se encontraron 200 en esos vehículos y muchos otros tirados en el sótano y pasillos de la casa fúnebre, denunciaron deudos de los fallecidos.
La afroamericana Tamisha Covington, cuya madre Deborah Harris, de 60 años, murió aparentemente por coronavirus, dijo que ella pagó la cantidad a la funeraria que no cumplió con lo acordado y el cuerpo de su progenitora, era uno de los 200 que estaban pudriéndose en los camiones.
Histérica y llorando, Covington salió de la funeraria ayer jueves en la mañana, y dijo que no recibió ninguna respuesta sobre el cuerpo de su madre, quien murió el 9 de abril.
«Me cobraron $15,000 para que mi madre descansara en paz y ¿qué estoy obteniendo por los $15,000?, se preguntó ella hablando con medios locales en las afueras de la funeraria.
“Su cuerpo fue tirado en un camión de U-Haul por el tiempo que quisieron. Estaba comprando la mortaja y tratando de trabajar con estas personas para darle el último adiós a mi madre y sin contacto, sin nada», añadió la denunciante.
Covington dijo que su madre expiró en su casa muriendo en sus brazos después de sufrir un ataque al corazón.
A la madre, no se le hizo la prueba de COVID-19 para detectar el coronavirus, pero fue clasificada como una víctima de la pandemia, dijo la hija.
«Dijeron que en dos semanas tendrían enterrada a mi madre», explicó.
“Esto es demasiado para la humanidad. Estoy realmente lastimada. Ni siquiera sé lo que estoy buscando aparte del hecho de que espero sepultar a mi madre adecuadamente con respeto y en un momento razonable», dijo.
En otro caso, un hombre afroamericano que se identificó como “Peter” dijo que trató en vano de averiguar qué pasó con el cadáver de su ex esposa, que fue llevado a la funeraria el viernes de la semana pasada.
Dijo que en ese momento le dijeron que los refrigeradores estaban llenos y que iban a embalsamarla.
Explicó que le dijo a una empleada dentro de la funeraria que quería ver en cual condición estaba el cuerpo, pero ella le dijo que volviera después
«Estoy frustrado. Esto es ridículo”, agregó “Peter”.