POR LUIS AMADIS
He leído y escuchado diferentes opiniones sobre la realización de las elecciones para elegir al presidente, vicepresidente y los siete diputados del exterior.
Los partidos políticos han entrado en una serie de enfrentamientos innecesarios, perdiendo la óptica del problema que enfrentamos para lograr que se lleven a cabo dicha elecciones.
Independientemente de que el oficialismo quiera o no que las elecciones se lleguen a celebrar, hay que tomar en cuenta diferentes factores legales, a ver: la celebración de las elecciones dominicanas en el exterior son productos de una ley, no del capricho del gobierno dominicano ni de la JCE.
En New York es donde más se ha sentido el debate por ser la ciudad que más electores tiene inscritos en el exterior.
Vamos por parte: las Oficinas de Coordinación de la Logística Electoral (OCLEE) es la responsable de seleccionar y entrenar, (esto último a través de la JCE) a los funcionarios de mesa que van a trabajar el día de las elecciones, también tiene a su cargo conseguir los permisos para que la ciudad nos permita usar las escuelas públicas y el servicio policial, para que cada dominicano pueda ejercer el voto.
Todo ese proceso, en el pasado ha requerido un minino de dos meses de antelación y, contar con recursos económicos y humanos a tiempo. Sorprende ver los enfrentamientos entre dirigentes del PRM, PLD y el PR como si las elecciones fueran exclusivamente en New York.
Ahora bien, la República Dominicana realiza elecciones en siete estados de los EEUU y el Distrito Columbia. Además de Italia, Holanda, Suiza, Panamá y Puerto Rico.
¿Quiénes tienen la última palabra en este asunto?
Recordemos la Nota Diplomática número 20-534 del Departamento de la Oficina de Misiones Extranjeras del Departamento de Estado de los EEUU, fechada el 26 de marzo del año en curso, que dice lo siguiente: “Versa sobre el tema de la celebración de elecciones de gobiernos extranjeros en territorio norteamericano, y el voto de nacionales ausentes por medio de colegios electorales ubicados en territorio estadounidenses”.
Dicho esto, huelga decir, que las naciones receptoras de los comicios del próximo 5 julio son quienes tiene la última palabra sobre si permitir o no, que haya elecciones en el exterior.
Bienvenidos al debate.