Por Juan Pablo Ortega*
No hay dudas de que la pandemia del coronavirus ha provocado una situación de incertidumbre global, debido tanto a su letalidad, como a la facilidad y velocidad de propagación de éste, que ha ocasionado más de cuatro millones de infestados y de doscientos ochenta mil fallecidos por causas del mismo.
En nuestro país las estrategias implementadas por el gobierno no han tenido la eficacia para contrarrestar los efectos de la pandemia, pues hasta el momento se observa un aumento progresivos en el número de infestados y de fallecidos, además de un subregistro de los afectados debido a que las autoridades sanitarias no han procedido, entre otras posibles medidas más factibles y eficientes, a realizar de manera masiva las pruebas PCR que permitan detectar posibles infestados asintomáticos y sintomáticos, para ir aislándolos para evitar nuevos contagios y darle la debida atención que ameriten, pero tampoco se ha integrado las comunidades, a otros actores sociales y políticos a las jornadas para enfrentar y mitigar de manera unida, coordinada y efectiva la crisis sanitaria, así como sus posibles efectos sociales y económicos.
En más de cincuenta días de cuarentena, la situación en cuanto al manejo de los efectos de la pandemia del covid-19 por parte de las autoridades sanitarias, no ha logrado bajar significativamente el número de contagios, el cual en los últimos días ha mostrado una tendencia oscilante, subiendo y bajando las cifras diarias que ofrece el ministerio de salud pública, además de llover las quejas de diversos sectores en cuanto a la prestación de servicios de salud a los que presentan algunos de los síntomas de la enfermedad, lo que evidencia que el gobierno carece de un plan que le permita prevenir la propagación del virus, pues ha estado actuando detrás de los acontecimientos desde el mismo primer día que se detecto la presencia del mismo en nuestro país.
Mientras ocurre lo anterior a nivel de los mecanismos creados por el gobierno central para mitigar y bajar los efectos del coronavirus, instituciones académicas como la UASD y otras, han estado realizando de manera particular esfuerzos para colaborar en la lucha contra el covid-19, a través de la oferta de algunos servicios orientados a contribuir a la lucha contra este terrible enemigo invisible y silencioso que ha doblegado al mundo en sentido general.
Sin embargo, consideramos que en el caso de la UASD, ésta pudo haber hecho mucho más de lo que ha realizado hasta el momento, con la fabricación de mascarilla, ventiladores, gel de desinfección que han sido entregados a los organismos responsables de manejar desde el Estado la lucha contra la pandemia del covid-19, no obstante hay aspectos en los cuales la institución debió involucrarse de manera más efectiva, como es la realización de un levantamiento epidemiológico en coordinación con las comunidades de los barrios, campos y ciudades, además de otras instancias de la sociedad civil, que permitiera detectar aquellos focos de infección, tanto colectivos, como individuales, para lo cual debería integrar brigadas de su personal docente especializado del área de la salud y estudiantes de las carreras de la Facultad de Ciencias de la Salud, dotándolo de los insumos de protección necesarios que le permitan evitar contagiarse en esa labor, que debió estar orientada también a la formulación de estrategias de salud más adecuadas para combatir la pandemia del coronavirus.
Igualmente consideramos que la UASD debe insistir para que el gobierno incluya al laboratorio clínico universitario, Labo-UASD, como parte de las estructuras de salud que están realizando las pruebas de laboratorio a la población, dotándolo de los medios e insumos necesarios para realizar dichas pruebas, a fin de contribuir a incrementar el número de pruebas diarias, puesto que a diferencia de los laboratorios privados, éste pertenece a una institución pública del Estado y la inversión que haga el gobierno, es parte del patrimonio del pueblo dominicano, tal como lo es la propia Universidad.
Por último, saludamos el “protocolo administrativo de reintegración laboral parcial”, elaborado por las autoridades de la UASD para reabrir paulatinamente las labores administrativas de la institución, lo cual vemos positivo en la medida que se garantice la integridad del personal que deberá reintegrarse a laborar, como es la asignación de los materiales e insumos para su uso particular, es decir, mascarillas, guantes, protectores faciales y desinfectantes para las manos, entre otros, al igual que garantizar transporte a aquellos que viven en puntos alejados de la ciudad y no poseen vehículo propio para trasladarse de sus hogares a la Universidad y viceversa.
*El autor es jubilado de la UASD, formó parte por más de once años del equipo técnico de la división de Coordinación Académica, laboró durante algo más de quince años en la Escuela de Salud Pública (ESAP) de la UASD, estudio Economía y además fue representante estudiantil ante el Consejo Universitario y miembro de la Comisión Docente de dicho organismo.
14 de mayo de 2020