Una campaña electoral asaltada por vicios de inconstitucionalidad y de inequidad

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Por Dr. Víctor Manuel Peña

La presente campaña electoral es una campaña no solo atípica por el contexto en que se lleva a cabo, sino que está asaltada o salpicada por vicios de inconstitucionalidad y de total inequidad.

Y la campaña electoral discurre no solo en el contexto de la pandemia del Coronavirus sino del contexto del Estado de excepción, y del toque de queda conexo a éste, que implica limitaciones al ejercicio de la democracia y del Estado de derecho.

Toda democracia implica pleno ejercicio de las libertades y de los derechos por parte de los ciudadanos de un Estado.

Todo Estado de excepción implica serias limitaciones a libertades y derechos de los ciudadanos. Por consiguiente, todo Estado de excepción implica serias limitaciones al funcionamiento pleno de una democracia.

La presente campaña electoral se está llevando a cabo en medio de una democracia que la estamos ejerciendo a medias.

Por eso es que en medio de una campaña electoral no procede que se extiende o se mantenga por tiempo indefinido un Estado de excepción.

Un Estado de excepción, cualquiera que sea, no se puede mantener más allá de lo prudentemente aconsejable, habida cuenta de que todo Estado de excepción lacera, limita el funcionamiento de la democracia y el ejercicio de los derechos y de las libertades por parte de los ciudadanos.
Una democracia sin vigencia plena de las libertades y de los derechos del hombre, es decir, sin vigencia del Estado de derecho, no es una verdadera democracia.

Y una campaña electoral sin vigencia plena de la democracia y de las libertades y derechos de los ciudadanos no es una verdadera campaña electoral.

Por todas esas razones constitucionales y legales era que no procedía extender el actual Estado de Emergencia.

Tanto el Congreso Nacional como el gobierno de Danilo están violando flagrantemente la Constitución de la República con la extensión del Estado de excepción en medio de la presente campaña electoral.

La extensión del Estado de Emergencia cercena derechos y libertades fundamentales que no pueden ser limitados por nada ni por nadie en medio de una campaña electoral.

Pero lamentablemente tenemos un maldito gobierno que no tiene ningún respeto ni por la Constitución ni por las leyes y que no le interesan para nada ni la democracia ni las libertades ni los derechos de los ciudadanos.

La Junta Central Electoral no ha sido capaz de decirles al Congreso y al gobierno que una extensión del Estado de excepción viola la Constitución de la República al limitar tremendamente el ejercicio de derechos y libertades de los ciudadanos que no se pueden coartar en medio de una campaña electoral, en otras palabras, limita tremendamente el ejercicio y funcionamiento de la democracia.

La Junta Central Electoral se hace cómplice por omisión de esa tragedia: Los poderes públicos no pueden ni deben ser renovados en medio de una democracia que está grandemente restringida por el Estado de excepción vigente.

En medio de ese panorama tan oscuro de no vigencia plena de la democracia ni del Estado de derecho ni de las libertades y derechos de los ciudadanos, todo indica que las elecciones del 5 de Julio ni van a ser libres ni limpias ni transparentes ni equitativas.

Otro problema gravísimo es el de la crecida inequidad o crecida desigualdad que está presente en esta campaña electoral.

El gobierno de Danilo y del PLD ha puesto a disposición de su candidatito el presupuesto de la nación, los programas de asistencia social, los 40 mil millones de los fondos de pensiones, los 150 millones del Banco Mundial, los miles de millones de pesos que le ha prestado el Banco Central de los 650 millones de dólares que le prestó el FMI.

Y ocurre que como esos recursos son recursos públicos o bienes públicos, son propiedad del pueblo, y no de ningún presidente ni de ningún partido, esos recursos, dada su naturaleza, no deben ser puestos a disposición de ningún candidato.

Pero aparte de se ilimitado volumen de recursos públicos, el Penquito tiene el Estado de Emergencia para hacer politiquería de día y hasta de noche porque para él no hay toque de queda.

Entonces mientras por un lado, el Estado de emergencia es la tabla de salvación para el candidatito del PLD, por el otro lado, ese mismo Estado de excepción se convierte en el Gólgota para la oposición.

He ahí la gran asimetría o desigualdad que golpea drásticamente a la oposición.

¿Qué ha hecho la Junta Central Electoral para enfrentar esa situación de inequidad o de desigualdad en el uso de los recursos en esta campaña electoral?

La Junta Central Electoral está en Belén con los pastores, es decir la JCE no ha hecho absolutamente nada!

Eso significa que la JCE no está haciendo absolutamente nada para que se respete la Constitución en esta campaña electoral.

El Art. 211 de la Constitución establece que “las elecciones organizadas, dirigidas y supervisadas por la Junta Central Electoral y las juntas electorales bajo su dependencia, las cuales tienen la responsabilidad de garantizar la libertad, transparencia, equidad y objetividad de las elecciones”

La JCE está obligada a respetar y a hacer respetar la Constitución.

Ante los grandísimos problemas que acechan la libertad, la equidad, la transparencia y la objetividad de las elecciones, aparte de la debilidad institucional intrínseca que tiene la JCE, es que entiendo necesario que las elecciones del 5 de Julio sean observadas por el mayor número posible de misiones de observadores del mundo incluyendo la Unión Europea.

Aparte de la misión de la OEA debe haber también una misión de observadores de la ONU.

Es muy lamentable que el árbitro no esté en disposición de asumir plenamente la autoridad institucional que le asignan la Constitución, su ley orgánica y la ley orgánica de régimen electoral.

Si se alterase la voluntad popular en beneficio de un candidatito que no tiene las más mínimas posibilidades de ganar en buena lid, las consecuencias serían terriblemente trastornadoras para la paz, la estabilidad y el sano desarrollo institucional del país.

Por eso es que tenemos que emplear todas nuestras energías como pueblo y como nación para evitar la materialización de un fraude electoral colosal el 5 de Julio.

La JCE está a tiempo para evitar que el 5 de Julio se convierta en una gran tragedia para la nación y para el pueblo dominicano!