POR RAQUEL DEMORIZI
Es normal que, en un momento de nuestra vida ante ciertos eventos o enfermedades sintamos algún tipo de inquietud por nuestra salud, sobre todo si hemos sufrido con un ser querido alguna experiencia dolorosa.
Pero hay un trastorno importante y preocupante que origina mucha ansiedad y se encuentra entre los trastornos somatoformes cuyo síntoma básico es la preocupación, miedo, o la firme convicción de tener una enfermedad a partir de una conclusión personal y errónea de ciertos síntomas que el paciente dice sentir y este trastorno se conoce con el nombre de Hipocondría o Neurosis Hipocondríaca.
Quien lo padece es un enfermo crónico, pero de ninguna enfermedad pues luego de ir varias veces a su médico o a varios médicos y haber sido sometido a un examen físico y diversas pruebas de laboratorio los resultados no apoyan un diagnóstico que avale lo que el paciente dice sentir. No obstante, el sujeto persiste e insiste en que está enfermo por más que el médico le demuestre y explique que no lo está.
Cuando el médico logra ser escuchado por el paciente este se tranquiliza, y calma su ansiedad pero en breve tiempo regresa a su mente la misma preocupación lo que trae como consecuencia que acuda a otras consultas con médicos de diversas especialidades en busca de la confirmación de ese mal que el afirma tener.
Este tipo de paciente es preso eterno de su angustia y temor provocándole un desasosiego o deterioro importante al malinterpretar un síntoma benigno por un síntoma de gravedad.
Quizás usted identifique a alguien cercano que tenazmente visita la sala de urgencias ya que de forma inconcebible ese desorden psicológico provoca un síntoma físico que puede ocasionar vómito, reacción alérgica, malestar intestinal o cualquier síntoma asociado a la enfermedad que cree padecer reforzando su creencia de que en verdad está enfermo.
Este tipo de paciente siempre dice sentirse mal y ese malestar va de la mano con alguna enfermedad que este en esos momentos padeciendo la mayoría de las personas. Regularmente esta abrigado, con la cabeza cubierta y llamando a su médico de forma obsesiva y constante.
Finalmente el hipocondríaco debe ser evaluado a fin de descartar cualquier problema real y entonces proceder a referirle a un especialista de la salud mental para su debido tratamiento cosa que el paciente no acepta fácilmente, y debido a que real y eficazmente siente angustia quien le trate debe ser prudente y no negar sus síntomas ni ponerlos en dudas pues en verdad está enfermo a pesar de no tener ninguna de las enfermedades que tanto teme. Probablemente un dia logre entender lo que decía Francoise Sagan la felicidad consiste en gozar de buena salud, en dormir sin miedo y despertarse sin angustia.