WASHINGTON.- India reportó el jueves casi 25.000 nuevos casos de coronavirus, que seguía extendiéndose por el país de casi 1.400 millones de personas.
El virus no parecía remitir en los países más afectados del mundo: Estados Unidos, Brasil e India. Los tres países suponen más del 60% de los casos, según conteos recientes de la Universidad Johns Hopkins.
Brasil notificó casi 45.000 casos nuevos. El virus también se ha ido extendiendo en Sudáfrica, que reportó casi 9.000 nuevos casos en su último reporte diario. Un responsable sanitario provincial dijo que se estaban preparando 1,5 millones de lugares de enterramiento y que era la responsabilidad de la población “que no lleguemos a eso”.
En Australia, que tuvo éxito conteniendo el brote en un principio, las autoridades informaron el jueves de 179 casos nuevos, la mayoría en Melbourne, donde las autoridades combatían un rebrote y han impuesto una nueva cuarentena de seis semanas.
El responsable de Salud de Victoria, Brett Sutton, dijo que seis casos nuevos procedían de una escuela secundaria de Melbourne que se ha convertido en el mayor foco de infección conocido del estado, con 113 infectados.
Más de 2.000 estudiantes y cientos de empleados están en cuarentena. Expertos del equipo de lucha contra el virus en Tokio dijeron que la mayoría de los casos recientes estaban asociados a clubes nocturnos, aunque los crecientes contagios en hogares, lugares de trabajo y fiestas habían aumentado la preocupación de que el virus se estuviera expandiendo por la comunidad.
En India, donde la cifra de muertos ha superado los 21.000, estudios del Instituto de Ciencias Matemáticas en Chennai mostraron que la tasa de reproducción del virus había subido en la primera semana de julio a cerca del 1,2 tras caer de forma continuada desde el pico de 1,8 en marzo.
La cifra tiene que ser menor a 1 para que los casos empiecen a bajar. Los expertos sanitarios dicen que se desconoce el alcance real del virus en India y que el país debe hacer más pruebas diagnósticas, dado el gran tamaño de su población.
El número de casos confirmados en Estados Unidos ha superado los 3 millones, lo que implica que se ha confirmado que una de cada 100 personas se ha contagiado. Más de 132.000 personas han muerto.
El presidente Trump sigue decidido a reabrir las escuelas del país pese a las preocupaciones por el virus, y el miércoles amenazó con retener fondos federales si los distritos escolares no envían de vuelta a los alumnos en otoño.
Se quejó de que las recomendaciones de seguridad de sus propios responsables de salud pública son poco prácticas y demasiado caras. Pese a la presión de Trump, la ciudad de Nueva York anunció que la mayoría de sus alumnos sólo volvería a las aulas dos o tres días por semana y daría clase a través de internet entre medias.
“La mayoría de las escuelas no podrán tener a todos los chicos en la escuela al mismo tiempo”, dijo el alcalde, Bill de Blasio. Cada vez más expertos de salud pública instan a las autoridades estadounidenses que reconsideren cómo están reabriendo la economía y prioricen las escuelas.
Probablemente, esos esfuerzos requerirán cerrar otros establecimientos como bares y gimnasios para ayudar a frenar los contagios y permitir que los niños vuelvan a las aulas en las mejores condiciones posibles.
“Tenemos que pensar en cuáles son nuestras prioridades como sociedad, y algunas cosas podrían tener que esperar”, dijo Helen Jenkins, epidemióloga de enfermedades infecciosas en la Universidad de Boston. “Creo que son decisiones difíciles”. En Serbia, la policía lanzó gas lacrimógeno para dispersar a manifestantes que lanzaban piedras, en un segundo día de violencia en las protestas contra la gestión del brote.
El presidente, Aleksandar Vucic, dio marcha atrás en sus planes de reinstaurar el confinamiento en Belgrado esta semana, pero las manifestaciones ante el parlamento se volvieron violentas. Los inconformes lanzaron piedras y trataron de allanar el edificio del parlamento en el centro de la ciudad.
Varias personas resultaron heridas. Las voces críticas dijeron que la decisión del autócrata Vucic de levantar las medidas de cuarentena anteriores contribuyó a un auge de los casos y se hizo por motivaciones políticas.
En Indonesia, la isla turística de Bali reabrió el jueves tras tres meses de cuarentena, permitiendo a la población local y a los turistas extranjeros reanudar la actividad pública antes de que se reanuden las llegadas internacionales en septiembre. Playas y calles en la isla se vaciaron a principios de abril salvo por las patrullas especiales para asegurar que se cumplían los protocolos contra el virus.
Las autoridades restringieron la actividad pública, cerraron el aeropuerto y los comercios, restaurantes y otros establecimientos.
El gobernador dijo que la isla reabriría de forma gradual a locales y extranjeros que se quedaron varados.
Los indonesios de otras partes del país podrían visitar a partir del 31 de julio, y los extranjeros desde el 11 de septiembre. Los contagios siguen subiendo en Indonesia.
El país reportó un récord de casi 2.000 nuevos contagios en su último reporte diario.