POR JUAN CRUZ TRIFFOLIO
Eliades Acosta Matos es uno de esos acuciosos y constantes investigadores de nuestros legajos históricos con que actualmente cuenta el Archivo General de la Nación.
Sus valiosos aportes a la historiografía nacional y regional, a todas luces evidentes, además de proyectar una disciplina y persistencia envidiable en el ejercicio investigativo y reflexivo, son un referente obligado a consultar para el conocimiento y la comprensión de nuestras figuras y hechos del pasado reciente salpicados de honor, heroísmo y por qué no, de desvergüenza y oprobios.
Entre sus más frescos y valiosos engendros bibliográficos cuenta el titulado ¨Cronológico de oficios de la Secretaría de Estado de la Presidencia (Mayo-Julio 1963)¨, publicado con el auspicio del Archivo General de la Nación, es una magnífica compilación que abarca desde el 2 de mayo y hasta el 29 de julio de 1963, dos meses importantes para alcanzar una compresión sobre efímero periodo de gobernanza del profesor Juan Bosch.
Se trata del segundo tomo de la colección Presidentes Dominicanos, en donde el veterano historiador de corazón cubano y adopción dominicana selecciona y reproduce 392 documentos que por primera vez se exponen al público, en donde, entre otras cosas, tal como lo destaca Acosta Matos, se aprecia ¨la lucha callada, a ratos heroica, del primer presidente electo por el voto popular en un país que recién comenzaba a dejar atrás la larga noche que fueron las tres décadas de trujillismo, y se enfrentaba a la titánica tarea de ir desmontando, paso a paso, la maquinaria totalitaria de un Estado sustentado en la represión al pueblo, los privilegios para las élites y la corrupción¨.
De igual modo, en las diversas correspondencias recopiladas se refleja de manera acentuada la asombroso, fascinante y enorme ¨…capacidad de trabajo de Bosch, como presidente, y sus constantes exigencias hacia su equipo de gobierno y demás funcionarios, basadas en el respeto al pueblo y el deber de servirle con prontitud¨ y a quien reconoció siempre ¨…como autoridad suprema, predicando la humildad, la eficacia y el deber de rendir cuentas, informar y educar, como inherentes a la labor de cada servidor público¨.
Es irrefutable que la apasionante lectura de ¨Cronológico de oficios de la Secretaría de Estado de la Presidencia (Mayo-Julio 1963)¨, como también lo advierte su compilador, nos conduce a establecer ¨…comparaciones, en forma y fondo, con respecto a la manera en que dirigieron los destinos del país, primero el Consejo de Estado, y luego el Triunvirato que se instauró tras el golpe de Estado del 25 de septiembre¨.
Leer con detenimiento el legado reproducido en la interesante obra en referencia, asumiendo una posición racional, lógica y crítica, lo más alejado de las pasiones y predisposiciones, es llegar, necesariamente -como bien apunta Acosta Matos- al derribo de muchos de los mitos, semiverdades y falsedades, utilizadas en su momento para desacreditar y aislar al presidente Bosch, por parte de sus enemigos, ya que los documentos seleccionados y reproducido en el volumen en cuestión aportan auténticas pruebas impugnables.
En esa novedosa publicación se resalta la extraordinaria cosmovisión que sobre la difusión de la cultura, el arte, la agricultura, la formación profesional, la relación partido-gobierno, la democracia, la equidad en las relaciones exteriores, el manejo pulcro de los recursos del pueblo y el rechazo a los privilegios del Estado, entre otros temas, caracterizaron al ejemplarizante político y cuentista vegano, profesor Juan Bosch.
Como uno de los tantos apuntes registrados por Eliades Acosta Matos en su cautivadora publicación, donde se evidencia la personalidad y el comportamiento que caracterizó al ilustre intelectual vegano en el manejo de los asuntos públicos, vale la pena subrayar aquellos documentos donde responde a inquietudes de la folklorista Casandra Damirón (Pág. 56), desestima la asistencia de un educador dominicano a una reunión en Nicaragua por ser sede de un régimen dictatorial (Pág. 311), no acoge solicitud de autorización para erogar fondos para el Segundo Concurso Internacional de Belleza (Pág. 224), responde a una propuesta de compra de un escritorio de Trujillo (Pág. 270), desestima la oferta de compra del «Yate Patria», cursada por el señor L. F. Moore. (Pág. 337) y destaca las pretensiones de convertir en un Museo de Cera flotante el ¨Yate Patria¨, por lo que sugiere protegerlo con infantes de Marina durante la celebración del Festival del Merengue (Pág. 432).
Otro documento no menos impresionante y que proyecta la singularidad de la personalidad política del profesor Juan Bosch, es aquel en donde objeta la Ley relativa al uso de placas para funcionarios públicos.
Por considerarlo de interés, a continuación permítanme extenderme reproduciendo, textualmente, la correspondencia dirigida por el entonces gobernante dominicano al Presidente del Senado de la República, en fecha 27 de junio, 1963, en la cual expresa:
¨Ciudadano Presidente:
Devuelvo a usted sin aprobarla la ley que con fecha de hoy fue aprobada por esa Honorable Cámara, relativa al uso de placas para funcionarios públicos.
Las razones por las cuales objeto la mencionada ley son de dos tipos, por cuanto se encarecerían las placas al nominar los cargos de los que se beneficien con ella, y porque no puedo firmar una ley en la que se me atribuye, como Presidente de la República, una placa que no estoy dispuesto a usar. Numerosas veces he dicho que no usaré placa oficial mientras esté desempeñando el cargo de Presidente.
Dios Patria y Libertad,
Juan Bosch¨
Avalando al profesor Eliades Acosta Matos en su exposición al momento de poner en circulación la obra motivo de estos párrafos, a quien siempre agradeceremos sus valiosos aportes a la bibliografía histórica dominicana, con la reproducción de este epistolario oficial del insigne gobernante dominicano, no hay dudas de que quedan “…más claras las razones que provocaron su derrocamiento”.
Pero algo no menos interesante y que como colofón de estas líneas es inexcusable puntualizar, para que no se olvide, que reproduciendo legajos de esta naturaleza, “… en estos tiempos en que el mundo se debate ante una ola aparentemente incontrolable de corrupción política y económica”, es innegable que “…la figura del presidente Bosch se agiganta, como precursor y arquetipo del gobernante probo, incorruptible y valiente, que no se plegó a las presiones de grupos interesados en mantener sus prebendas, a costa del erario público”.