Por Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ La organización comunitaria “Inwood Keeping them Honest / KTH)” (Manteniendo la Honestidad de Inwood), denuncia que los restaurantes situados en ese vecindario del Alto Manhattan, negocios en su mayoría de propietarios dominicanos se mantienen violando los protocolos y las restricciones de COVID-19, lo que posibilita que se produzcan estridentes ruidos y desórdenes callejeros, especialmente por las noches, cuando sirven a sus clientes en las calzadas y aceras, donde han improvisado especie de terrazas abiertas para atender a los comensales al aire libre.
Casi todos los restaurantes, blanco de las críticas de la organización que en su cuenta twitter publica videos, fotos y comentarios contra lo que califica caos y perturbación a la calidad de vida del sector, están ubicados a lo largo de la avenida Dickman, después de la avenida Broadway.
Las imágenes divulgadas en twitter, Instagram, facebook y otras redes sociales por el grupo comunitario muestran a cientos de clientes muy juntos y sin mascarillas, lo que según el gobernador Andrew Cuomo, es responsabilidad directa de los dueños de los negocios que deben acomodar las mesas a seis pies de distancia con no más de cuatro clientes en las mismas.
Cuomo, sigue firme y radical oponiéndose a permitir que los restaurantes de la ciudad, reabran el servicio en el interior, debido a la permanente violación de los requisitos.
Ante el ataque de la organización, el congresista Adriano Espaillat, salió en defensa de los restaurantes diciendo que se trata de “un hostigamiento” de algunos residentes de Inwood, mientras varios propietarios rechazaron las críticas, alegando que solo quieren seguir trabajando.
Entre los restaurantes que son criticados por el grupo comunitario figuran los icónicos Mama Juana Café, Papacito y otros.
Los propietarios sostienen que se trata de una campaña para desacreditarlos, pero las denuncias llevan tiempo haciéndose públicas por las mismas razones que ahora expone la organización.
Docenas de restaurantes han sido cerrados por la Autoridad de Licores del Estado de Nueva York y con el apoyo del gobernador, debido a las supuestas violaciones a las reglas COVID-19, pero los comerciantes califican de injustificadas las medidas, además de las altas multas las que son penalizados.
También expresan su incertidumbre por el eventual cierre de los negocios en la temporada de otoño que se avecina.