El silencio como cruel respuesta

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POR RAQUEL DEMORIZI
 

¿Qué es el silencio? el silencio es ausencia de sonido y ruido, el cual puede tener distinta connotación según el contexto en el cual se aplique, por ejemplo, en la conocida Prisión Federal de Alcatraz que existió desde el año 1934 al 1963 ubicada frente a la costa de San Francisco, Estados Unidos los presos estaban sometidos a la ley del silencio, método carcelario en el cual no podían cantar, silbar ni hablar entre ellos ni aun con los guardias, y quien rompía la ley era castigado. 

En el medio musical, el silencio es un signo que indica la duración de una pausa. 

En el amor con el silencio se expresa el más puro de los sentimientos, hay momentos donde las palabras sobran y a través del silencio se habla con el lenguaje del alma.

En situaciones de duelo y dolor es un indicativo de respeto y solidaridad. 

El silencio es importante en la escucha activa. 

AUTORA:  Lic. Raquel Demorizi – Psicóloga

En lugares de recogimiento y reflexión como lo es la iglesia, biblioteca, casa de estudio, funerales, cementerios el silencio es la mejor compañía. 

El silencio es una actitud necesaria para escuchar a Dios y para admirar la grandeza de las cosas bellas.

El silencio es técnica muy empleada por las parejas para expresar que están disgustados, terminan gritándose a todo pulmón, mientras que quienes están cerca reaccionan asustados y temerosos de lo que pueda suceder. En momentos así, el silencio es la mejor herramienta, la mejor respuesta para frenar cualquier altercado. 

El silencio es un método de manipulación emocional utilizado para imponernos, con el fin de que el otro acepte lo que pedimos, con ello solo logramos crear un ambiente con alto nivel de estrés en el cual si el silencio es muy prolongado originara emociones negativas, tal como depresión, tristeza, ira, culpa, dolor de cabeza, malestar estomacal, insomnio, alta presión, etc. En este sentido el silencio hace más mal que bien y de seguir con esta práctica puede dañar y terminar su relación para siempre. 

Igual puede suceder en pequeños grupos de trabajo o entre amigos y familiares, y es que cuando no hay comunicación no puede haber ningún tipo de acuerdo. Es difícil convivir sin que una vez surja una polémica porque habitualmente hay desacuerdos, no obstante discutir no es malo, lo malo es con la actitud que lo hacemos. 

Cuando estamos incomodos, molestos debemos mantener el control y ser sabios, no uses palabras impropias, pues luego de dichas no pueden recogerse, no incluyas en ese momento temas que no vienen al caso, discuta un tema a la vez para que puedan entenderse y llegar a un pacto.   

La ira enciende el fuego, trate de mantener la calma. Asuma su responsabilidad y no eche toda la culpa en el otro.  

Si ambos están acalorados, elevan las voces y hacen gestos la mejor opción es callar.  

Sin embargo, para manejarse con inteligencia, cordura y sensatez, hay que ser maduro, en momentos como esos el silencio es sano y eficaz.

 vives bajo este tipo de tratamiento, es hora de tomar las cosas con calma y analiza que está pasando,

A pesar de que todos necesitamos momentos de silencio y que el mismo puede ser aplicado en una amplia variedad de escenarios, no olvidemos que el silencio también es una forma de violencia y puede ser muy cruel, tampoco olvides que los problemas se solucionan hablando dialogando, comunicándonos.  

Que el silencio sea un aliado, no un problema.