Estamos en el mes de diciembre, y nos acercamos a la fecha en la cual por tradición festejamos el natalicio de nuestro Señor Jesús.
Y entre las cosas típicas de estas fiestas tenemos el árbol de Navidad. Los hay de todo tipo de material que la inventiva humana concibe y se decora con bolas, luces, estrellas, lazos, guirnaldas, angelitos y cualquier elemento que brinde a nuestra vista destellos y coloridos.
Esta fecha es como un punto de encuentro del hombre con lo divino. Es una cita personalízada según el propósito de cada corazón con adornos que simbolizan valores y principios.
En el árbol que este año hemos de armar colguemos una estrella de oro de fe, sabiduría y optimismo. Cintas plateadas de gratitud, felicidad, justicia. Bolas de amor, amistad, apoyo. Luces de honestidad, solidaridad y trabajo.
Adornemos sus ramas con guirnaldas humanas de renacer espiritual y lazos de unión. Vamos a encender velas de conciliación.
Que la sombra de ese árbol sirva para reposo después de una ruda rutina. Con el incienso quememos la soledad, penas y tristezas.
Que nazca amor en nuestras almas hacia aquel de las horas agrias siempre ausente que nos hiere y quizás no nos ama.
Tomemos sorbos del licor de nuestras lágrimas pero al final embriaguémonos con sonrisas de gozo y paz..
Tengamos presente que en esta celebración lo único real es que Jesús nació. Todo lo demás es vanidad y apariencia.
Este año ha sido duro y triste para todos pero decidamos compartir en estos días la esperanza de seguir adelante. Regalemos amor que es lo que más estamos necesitando y así la navidad será como tu decidas crearla.
Dijo Calvin Coolidge la Navidad no es un momento ni una estación sino un estado mental. Valorar la paz y la generosidad y tener merced es comprender su verdadero significado.
Por otro lado dijo Harlan Miller ojalá pudiésemos meter el espíritu de navidad en jarros y abrir un jarro cada mes del año.
Y yo digo que prefiero de cada mes hacer una navidad. ¿y tu?
Felices fiestas.