Muere en Santo Domingo Vinicio Franco, uno de los grandes intérpretes de merengue

0
250
Vinicio Franco en residencia.

El cantante puertoplateño, nacido en Puerto Plata en 1933, deja un legado al arte popular, lastimeramente desconocido para los “milenials” de hoy día.

SANTO DOMINGO, 19 de diciembre.- Vinicio Antonio Franco Rodríguez    (Vinicio -Mambo- Franco) uno de los cantantes más importantes e icónicos del  merengue, falleció en la tarde de hoy en el Hospital Ramón de Lara, de la  base aérea de San Isidro, al cual había sido ingresado afectado por el virus Covid 19. Tenía otras otras condiciones preexistentes, lo  cual complicó su estado.

Grabó 460 merengues en 57 años. Su primera grabación la realizó en 1957 con la orquesta de Antonio Morel.

El merengue escrito por Bienvenido Brenes, “Apágame la vela”, se convirtió en uno de sus mayores éxitos.

Nació en Puerto Plata por allá por el año 1933, hijo de un maestro constructor que deseaba que su hijo siguiera sus pasos, y aunque al principio se opuso a su vocación de cantante, después reconoció el talento y gracia de su hijo.

Por razones que nunca le explicó su padre, no conoció a su madre.  Por este motivo pasó toda la vida viajando a Puerto Plata para tratar, sin éxito, de conocerla.  Aunque conoció algunos tíos maternos, a su madre solo la vio en una fotografía.

La falta de su madre y el inmenso amor que aún sentía por su padre fueron dos distintivos de su vida, que salieron a relucir durante una conversación con el autor de este artículo hace cuatro años. En este diálogo quedó evidenciado que el paso del tiempo mantuvo inalterable su alegría y amor por la música. Por eso, confesó sonriente que, a sus 83 años, aún tiraba sus numeritos, cuando se le preguntó si todavía cantaba y bailaba.

  1. Hijo de su padre

Nací en Puerto Plata, el 14 de septiembre de 1933, es decir que ya tengo 83 años. Mi papá era maestro constructor y le tocó ir a realizar una obra a Puerto Plata, allá se enamoró de mi madre y nací yo. Mi papá era francés, se llamaba Normil Franco, vino aquí, le gustó y se quedó. Mi papá me llevó a San Cristóbal, allá él estaba realizando una construcción en La Toma y nos quedamos a vivir ahí un tiempo. Después, él me trajo a vivir a la capital. 

  1. Un constructor

Trujillo quería que le hicieran la construcción del balneario La Toma de San Cristóbal y en esa construcción trabajó mi padre, que era maestro constructor, entonces Trujillo le dijo a mi papá que se fajara y él tuvo que hacer de ingeniero y maestro constructor. A mi papá lo llamaron para que realizara el primer puente colgante, que fue el San Rafael, de Mao. También él participó en la construcción del Instituto del Cáncer, al lado del Hospital Marión. Papá quería que yo fuera maestro constructor, igual que él. Mi papá era muy amigo de Trujillo. 

  1. Una madrastra

No conocí a mi madre. Solo supe que era de una familia de mucho dinero y que se llamaba Carmela García. Luego, mi papá se casó en Mao, con Josefina Minier, cuando yo tenía dos años, y le dijo a su esposa: “Yo no quiero que Vinicio sepa nunca que tú no eres su mamá”. Mi papá se iba a trabajar y yo le pedía que me llevara con él, que no me dejara en la casa, pero yo estaba estudiando. Entonces la madrastra, a la que él le había pedido que no me dijera nunca que ella no era mi mamá, me preguntaba que quién era mi mamá y yo me quedaba callado. Entonces ella me decía: “Dime cómo se llama tú mamá, que te voy a meter si no me dices”.

Entonces yo le decía: “Carmela García”. Y ella me decía que me fuera para donde Carmela García. Ella era mala, madrastra al fin, peleaba mucho. 

  1. El peor castigo

En la escuela yo me portaba muy bien y también en la casa, pero mi madrastra me castigaba por cualquier cosa. Lo único que yo hacía era tocar tambora con palitos, las que yo mismo construía.

Cuando yo estaba en tercer curso en la escuela, que me examiné, el profesor me dijo que yo no pasaría a cuarto, sino a quinto. Es decir que no hice el cuarto.

Como te dije, yo me portaba bien, pero para mi madrastra yo siempre me portaba mal. Yo me iba a la biblioteca y me pasaba horas allá, y ella me daba el peor castigo que yo podía recibir, que era dejarme sin comer. No darme la comida de las 12. Por lo mala que era, les cogí odio a las mujeres de Mao, pero después me puse a pensar, porque yo no les hacía caso a las maeñas y les cortaba los ojos, que ellas no tenían la culpa, que mi madrastra era una sola persona. Ahí se arregló la cosa. 

  1. Un vacío

Yo quería conocer a mi mamá y por eso siempre iba a Puerto Plata, conocí a algunos tíos, que eran hermanos de mi mamá y ellos me dijeron que le iban a decir a mi abuela que me habían conocido, pero cuando se lo dijeron a mi abuela, ella no les creyó.

Después que comencé a cantar siempre que iba a Puerto Plata, y me quedaba más tiempo, porque sabía que allá estaba mi mamá. Le decía al maestro Solano que se fuera tranquilo que yo me quedaba. A veces era sábado y me quedaba hasta el lunes. 

  1. La música

Desde muy pequeño me gustaba la música. Hacía tamboras y las tocaba con palitos. Comencé a cantar formalmente en el año 1957. Con el maestro Rafael Solano y su orquesta estuve 36 años. Recuerdo que comencé mi carrera profesional porque faltó uno de los cantantes de la orquesta San José y me pidieron que lo sustituyera y les encantó. Me quedé ahí. A pesar de mis 83 años tiro mis numeritos todavía, (jajaja) Lo más reciente que hice fue cantar con Gilberto Santa Rosa, esa fue una gran experiencia. 

  1. En el escenario

A la gente le encantaba que yo le cantara “Este disco se rayó”. Yo siempre hacía un movimiento con mi dedo índice, y a veces cuando tardaba en hacerlo, la gente me preguntaba: “¿Vinicio y el dedo dónde está?”. Algunas veces les respondía que él estaba ahí, pero que en ese momento estaba tocando la güira.

Versión de Wikypedia

Mejor conocido como Vinicio «Mambo» Franco. Como casi todos los cantantes de la época en que se desarrolla este artista, inició su carrera cantando en las llamadas «alturas», o en los denominados «kilómetros» en la ciudad capital que se identificaba como Ciudad Trujillo, nombre que se le dio en el año 1936, para satisfacer la vanidad insaciable del dictador Rafael Trujillo.

En esos sectores estaban los establecimientos de las llamadas zonas de tolerancia y sus propietarios, para darle buen servicio musical a la muy numerosa clientela contrataban los mejores músicos y cantantes populares para amenizar cada noche los bailables. Por esos lugares desfilaron los mejores: Francis Santana, Joseíto Mateo, Luis Vásquez, y un largo etc. En el centro de diversión «Recreo de Turismo», en el año 1952, se inició Vinicio Franco. Esa fecha marca una trayectoria artística de mucha incidencia en la historia del arte popular. Su primera grabación la realiza en el año 1957 con la orquesta de Antonio Morel, para el sello «Guarachita» de Radhamés Aracena: «Apágame la vela» un muy divulgado merengue escrito por Bienvenido Brens y la salve «Oye Nena» de Alexis Camilo Morel.

Los dos temas tienen una buena acogida por el público, especialmente «Apágame la vela» que a tantos años de esa primera versión ha sido grabado por varios grupos musicales del continente.

Con la orquesta de Antonio Morel el nombre de Vinicio Franco se da a conocer en nuestra geografía. Fue cantante titular de la Super Orquesta San José en La Voz Dominicana , actuando en la televisión con esa agrupación musical. Formó parte del Combo Show de Johnny Ventura. Participó en la grabación del tema «Ah, yo no sé, no» de la autoría de Johnny Ventura y Mundito Espinal», que mereció un disco de oro por sus voluminosas ventas. Con la orquesta de Rafael Solano laboró por años realizando presentaciones en todo el territorio nacional y varios países del continente.

Participó en grabaciones con la orquesta del reputado músico para el sello Kubaney, siendo suceso musical su versión de «Siña Juanica», merengue de Félix López con Armando Beltré y Rico López.

Vinicio Franco ha hecho grabaciones, siempre interpretando merengues, para el sello Ansonia de New York. Agotó una larga temporada actuando con su grupo musical en el prestigioso hotel Casa de Campo, situado en el mundialmente conocido polo turístico de la ciudad de La Romana.

Ha actuado en Venezuela, Curazao, Colombia, Argentina, New York, Miami y varias ciudades de la Unión Norteamericana con un repertorio que sobrepasa las 450 canciones y con una carrera artística de 60 años.