No devalúes a nadie por religión, color, raza ni estatus social, toda persona tiene una perla escondida, no pierdas el placer de hallarla.
Afirma con satisfacción “este será mi mejor año y seré mejor esposa, mejor hija, mejor vecina, mejor persona en todos los sentidos”.
Di no a la queja, di no a la pena y empieza apreciando más a todos aquel que amas y echando mano a los valores éticos, espirituales, familiares, humanos, y a la conciencia moral y social.
Cuando toquen las 12 campanadas no arruines la ocasión. Sonríe, decide amar, a tu lado siempre habrá quien te necesite. Que tus labios emitan este año palabras de certidumbre.
Pide a Dios que bendiga tus manos para apoyar, acariciar, que tus ojos y oídos sean sensibles al grito, al dolor, tus labios sopesen las palabras antes de decirlas y que tu corazón sea agradecido.
Ágil es el tiempo, apúrate, ve tras tus sueños. Lo malo y menos malo es parte de todo. Trabajemos como un solo equipo eliminando lo nocivo e integrando respeto, comprensión, lealtad.
Como dice en su frase el escritor Uruguayo Eduardo Galeano el tiempo es bastante amable con nosotros sus fugaces pasajeros, y nos da permiso para creer que hoy puede ser el primero de los días, y para querer que sea alegre como los colores de una verdulería.
Aplica la frase del escritor argentino Julio Cortázar que dice nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo. Por tanto, si crees que todo en el 2020 estuvo perdido entonces no te detengas ha llegado la hora de mirar hacia adelante para volver a empezar.
Feliz año nuevo.