Una Anédocta de Trujillo, Juancito y Guandulito

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Rafael Leónidas Trujillo Molina

Esto sucedio en el 1961

PorHungría Vásquez Hernández,

Al leer lo que dijo el comunicador sobre ese gran artista ido hace mucho tiempo, por eso ahora hablamos de lo que sucedió con el acordeonista. Dionisio (Guandulito) Mejía, en la comarca de Guatapanál o Amina, eso queda cerca de Esperanza en la provincia Valverde Mao, República Dominicana y esta anécdota se produjo tiempo después de la desaparición
del hombre fuerte de la época el Jefe.

Sucedió que en esa ocasión nosotros fuimos a visitar a una familia de apellido Pérez, quien fue acusado de la muerte de un señor que apareció ahorcado en su propiedad, acusación que no fue comprobada y como es natural fue puesto en libertad, y la familia Pénalo tenían un hijo en prisión por otro delito, y estaban presos en la cárcel de Mao, lo cual nosotros
éramos encargado de la misma y les dimos un trato especial y al salir en libertad nos invitaron a su casa y yendo acompañado del Sargento Rafael Tejada de la Policía Nacional, pero eso paso tiempo después de la de haber desaparecido de la faz de la tierra el Generalísimo Dr. Rafael Leónidas Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva.

Y es aquí donde empieza a encajar la historia de la amplia anécdota sobre ese recordado príncipe del acordeón y su singular forma de cantar sus merengues y que las letras eran de su propia inspiración.

Pues les contamos que en aquella fecha sucede y viene a ser como dice una frase de aquellos tiempos.

Guandulito

En esa comarca celebraban todos los años una conmemoración tradicional, lo cual el motivo no lo recordamos ahora, lo que si estamos conscientes que quien tocaba la fiesta era el famoso artista; Guandulito.

Como de costumbre la primera pieza musical que se tocaba en la ocasión, era Salve San Cristóbal, pero aquello cambio y ya era diferente, porque en aquel lugar estaban presentes parte de los que eternamente fueron enemigos del Jefe, y ya desaparecido Trujillo las cosas no podían seguir igual, pues aquellas gentes eran todas dependientes de la familia de Juancito Rodríguez, y en seguida se tiraron al salón de baile pero no hablar, sino a exigirle al artista, que en ese caso era precisamente Guandulito, que tenía que abrir el baile con un merengue de Juancito Rodríguez, no de Trujillo, según ellos les reclamaban al artista por honor y por eso podemos manifestar lo sucedido como una vieja anécdota sobre Trujillo, Juancito y Guandulito, en aquella esperada fiesta que celebraban todos los años en aquel lugar.

Y créanme señores lectores, que si los guardias del Ejercito Nacional y los miembros de la Policía Nacional allí presentes no hubiéramos intervenimos con cautela en aquel mal entendido de esa gente, defendiendo el honor de su líder Juancito Rodríguez como ellos manifestaban, sabrás Dios que pudo haber pasado en aquella oscura noche, que en verdad no recordamos la fecha en que esta vieja anécdota que ahora es que nosotros la contamos
por primera vez, aquel conflicto de momento se puso color de hormiga como dice el pueblo llano, solamente esperando una acción negativa d alguien mal intencionado, para iniciar una tragedia entre amigos y familiares, pero siendo enemigos políticamente hablando.

Aunque ustedes amigos lectores no lo quieran creer, podemos decirle que el inesperado problema se pudo controlar con una moneda, para qué saliera un ganador del escudo y de la cara, cosa que es muy común para determinar un ganador para iniciar cualquier evento, y en este caso era el comienzo de un baile con el merengue de un líder, y seguro que los lectores no se imaginan quien fue el ganador de aquel desenlace, que fue nada más y nada menos que Trujillo, pero el acuerdo fue para tocar la primera parte del ganador y la segunda del perdedor de la pieza musical cualquiera que esta fuera, no un merengues de Trujillo ni tampoco de Juancito Rodríguez.

Pero lo lindo de aquella payasada fue que cada grupo bailo su parte, es decir, la primera y la segunda parte del merengue compartido, donde aquellos Trujillistas los bailaron placenteramente hasta la saciedad, pero automáticamente se sentaron, cuando comenzó la segunda parte que le tocaba a los bailadores de Juancito Rodríguez, es decir, comenzaron a bailar los perdedores que eran los familiares y los amigos del derrotado aquella noche, usando dicha moneda y Dionisio (Guandulito) Mejía, cumplió con su compromiso satisfactoriamente con los familiares y los amigos del lugar allí presentes.

Y ahora quiero aprovechar este espacio para aclara que quien esto plasma era un militar pertenecíamos al Ejercito Nacional en esa época, y de ese viaje me quedaron recuerdos inolvidables, porque fue la primera vez que y creo que la ultima que amanecí fuera de mi hogar, habiendo pasado el reto de la noche en vela, porque en verdad no podía dormir pensando que pasaría al regresar a donde me esperaba una señora recién casada, estrenando aquel nuevo episodio de un militar sin estar de servicio amanecer en la calle como dice el pueblo llano. Y podemos manifestar que amanecimos en un recinto militar en razón que se produjo esa amenaza que bien pudo provocar una hecatombe sin parangón, si se tocaba un merengue de Trujillo o de Juancito Rodríguez el cual tocaría, Guandulio.

Y sin embargo amaneció el Sargento Rafael Tejada de la Policía Nacional y el raso del Ejercito Nacional, Hungría Vásquez Hernández, en el Cuartel de la Policía de Amina, próximo a Esperanza de la Provincia de Valverde Mao, por no encontrar en que transportarse para regresar a sus destinos, y peor aún, que en ese tiempo no había como comunicarse con la familia, no había con hacerlo para avisarle lo sucedido y por esa razón aquel armonioso matrimonio estuvo en la cuerda floja, pero gracias a Dios que nada malo
sucedió y ahora nosotros cumplimos 56 años juntos, disfrutando de un amor profundo, Modesta Rodríguez de Vásquez y quien esto plasma que por eso es que hoy felizmente contamos la anécdota sobre Trujillo, Juancito y Guandulito y… punto.

18 de Febrero del 2016.