Por RAQUEL DEMORIZI
Casa u hogar son palabras con las que nos referirnos regularmente para indicar el espacio en el cuál vivimos, por lo que decimos voy a casa o a mi hogar.
Desde nuestro punto de vista mayormente nos estamos refiriendo a lo mismo pero hay diferencia entre lo que es mi casa y lo que es mi hogar.
La palabra casa se refiere a cualquier lugar físico habitado o no, el cual abandonamos o cambiamos sin emociones ni sentimientos.
El término hogar se refiere a ese lugar o espacio dónde las personas habitan con sensación de seguridad y pertenencia. Viven ahí en calma y paz sin temor alguno aunque estén atravesando los momentos más adversos o aunque estén disgustados entre sí porque saben que todo pasa y se tienen unos a otros. Es en ese punto donde estriba la diferencia.
El hogar es un espacio especial muy tuyo que no tiene que ver nada con el tamaño ni con la calidad de los materiales con el que está construído pero si tiene que ver con su contenido, o sea hogar es donde está todo lo que no se compra con dinero, lo que amas, tu familia, sentimientos, emociones.
Hogar es dónde está tu corazón y todos se sienten unidos en alma, mente y espíritu sin importar cuán diferentes sean en todos los sentidos, siempre se extrañan, aman y apoyan.
Es en el hogar dónde en nuestros adentros siempre repercuta el amor de todos los que ahí habitan.
Leí un cartel que dice no hay hogar como el de los abuelos y lo compré porque con esa lectura llegaron a mi los más remotos y dulces recuerdos de la infancia y adolescencia y es que allí habitó algo mas qué mi cuerpo, allí habitó mi corazón.
Dónde usted llega sólo a bañarse, comer, dormir no es un hogar, es una casa, una fonda, un albergue o pensión y un lugar de esos hay donde quiera pero un hogar hay que crearlo, vivificarlo, establecerlo y renovar.
Quizás usted ha disfrutado del placer de regresar al hogar cuando tenemos un tiempo ausente o al final de nuestras labores cotidianas y es que el amor familiar es como un embeleso que atrae, seduce y encanta.
Sólo en el hogar encontramos ese calor humano que funciona como analgésico si estamos tristes o enfermos sin ganas de proseguir. Es el motor que impulsa a continuar llenos de optimismo y esperanza.
Amor y calor irremplazable necesarios para sobrevivir en el día a día.
Cuán interesante es saber que sólo en ese espacio todos se mantienen unidos por el vinculo perfecto del amor aún dentro de las penurias, imperfecciones, disgustos, diferencias y circunstancias que a todos acontece. Juntos todo se supera.
Podemos comprobar que un hogar no es sólo tener un techo donde cobijarnos ya que quien pierde una casa pierde lo material pues la casa es un edificio destinado a ser habitado, en el cual invertimos el material necesario y a nuestro alcance hasta lograr una estructura favorable pero quien pierde su hogar pierde todo, hasta la salud física, espiritual, mental, así como los lazos afectivos y familiares.
Si complicado es construir un edificio, complejo es construir un hogar ya que sus herramientas y componentes como lo es tu madre, padre, hijos, abuelos y familiares son insustituibles
La casa puedes venderla al precio que quieras cuando quieras, pero un hogar no tiene precio nadie puede comprarlo su valor es incalculable, inconmensurable.
Los padres en ese hogar han invertido sus recursos y vida en total entrega, otorgando dirección, amor incondicional, cuidado, protección, solidaridad, ejemplo, guia.
Dentro del hogar los hijos aportan obediencia, gratitud, disposición, superación , disciplina e integridad.
En un edificio hay partes innecesarias pero en el hogar todas son importantes. Por tanto esforcémonos por construir hogares sólidos cimentados en el amor a Dios, estables, donde cada quien cumpliendo con su respectivo rol quiere regresar por ser ese lugar un caudal de paz y alegría.
Son las personas quienes convierten una casa en un hogar, refugio contra toda tormenta. Es el lugar más bendito, dulce y amado.
Decía George Moore que el hombre viaja por el mundo en busca de lo que necesita y regresa a su hogar para encontrarlo.
Recuerda que si solo tienes fama y dinero y no tienes un hogar no tienes nada.
Dijo Robin Hobb y hasta melancólico me suena «que el hogar es la gente. No un lugar. Y que si regresas allí después de que ellos se hayan ido, entonces todo lo que puedes ver es lo que ya no está allí».