Por Dagoberto Tejeda Ortiz
Salcedo es un pueblo meditabundo, tranquilo, mágico. El que se va, se lo lleva dentro del corazón y el que lo visita siempre lo recuerda, no lo olvida jamás. Un atardecer en Salcedo es un acontecimiento y un amanecer es una añoranza. Es un pueblo con una hermosa historia, de episodios trascendentes, de héroes y de heroínas. Las Hnas. Mirabal son estrellas refulgentes en una aureola de heroísmo que trascienden a Salcedo, porqueson heroínas de la Patria.
Tradicionalmente la espiritualidad de Salcedo se traducía en una fe cristiana. En la religiosidad popular de las festividades de San Antonio, con rezos, cantos y Palos, como en la Muestra de la Cultura Campesina, mientras que San Juan Evangelista, el 27 de diciembre, era el centro de las fiestas patronalescelebradas durante nueve días.
En este pueblo fervoroso y creyente en Dios, se acuñaba una rebeldía ancestral antitrujillista, con una permanente determinación conspirativa militante de familias y héroes en lucha por la libertad y el bienestar de la Patria. El heroísmo en Salcedo era una tentación soñando con un amanecer donde la felicidad colectiva fuera una utopía y una realidad.
En la última fase de la dictadura trujillista, Minerva, María Teresa y Patria Mirabal, junto con Tomasina Cabral Mejía y Fe Violeta Ortega, fueron heroínas que pusieron sus vidas al servicio de la lucha antitrujillista, en una epopeya gloriosa del 14 de Junio que costó apresamientos, cárceles, torturas y muertes.
Entre ellas voy a referirme esta vez a la Dra., Fe María de Jesús Violeta Ortega Guzmán, conocida como “Fe Ortega”, bautizada al final como “Mamá Fe” y cariñosamente para nosotros “Tía Fe”.
Tía Fe se graduó de odontóloga en la UASD y abrió su consultorio bucal en las hoy calles Hnas. Mirabal esq. Doroteo Tapia, donde era la odontóloga de los pobres. Asumió conciencia antitrujillista como parte de una tradición de militancia en Salcedo donde estaba el Dr. Manuel Ortega, las Hnas. Mirabal, el Dr. Manuel Tejada Florentino, el joven Rafael Fafa Taveras, entreinnumerables desafectos del régimen.
El consultorio se convirtió en un centro conspirativo, que no despertaba muchas sospechas inicialmente porque allí frecuentaban todas las clases de pacientes. Desde este consultorio se transportaba material subversivo, incluso en la cartera de Fe Ortega y algunas veces escondido en la mochila inocente de su hijita Esther.
En el1960, cuando los servicios de espionaje de la dictadura desvelaron el compló antitrujillista del glorioso movimiento del 14 de Junio, con incidencia a nivel nacional, iniciaron los cuerpos represivos una cacería de brujas, llevándose presos, torturando, asesinando a quienes para ellos era los conspiradores, los enemigos del Jefe. Fe Ortega, fue llevada a la cárcel de la 40, presa, torturada, humillada, pero con entereza y dignidad, donde se encontró con las Hnas. Mirabal, Sina Cabal, Asela Morel, Dulce Tejada y Mirian Morales, mujeres símbolos, patriotas, ejemplos y militantes del 14 deJunio.
Aunque las torturaron, las desnudaron para tratar de humillarlas, pero ellas estaban llenas de dignidad y decoro, admiradas por sus compañeros torturados y ensangrentados pero firme en sus principios y convicciones, en momentos donde se repetía con resignación y orgullo: “dulce y decoroso es morir por la Patria”.
Fe Ortega, como otras compañeras, sobrevivieron a las cárceles trujillistas de tortura como la Victoria, el 9 y la 40, salvo las Hnas. Mirabal, por el asesinato vil y cobarde que provocó el fin de la dictadura trujillista.
Fe Ortega se convirtió en símbolo, en esencia y en orgullo de Salcedo. Referencia y ejemplo de la mujer que se sacrificó por la Patria y el bienestar de su pueblo, sin medir consecuencias y sin importarles el precio.
Por eso, Fe Ortega mereció todo el respecto del pueblo de Salcedo y de los revolucionarios del país. Por cariño y reconocimiento fue escogida como Reina del Carnaval y eternizada en el mural popular frente al Parque Central. Falleció el 9 de septiembre del 2010 con el reconocimiento y la admiración de todo el que la conoció. Trascendió, se hizo eterna, se convirtió en leyenda. Una avenida de Salcedo lleva su nombre en la lucha contra el olvido.
Conocí y gocé de la amistad de Tía Fe. Oí de sus labios sus testimonios revolucionarios.
Es un privilegio inolvidable, percibir, como se transformaba su cara, emanando amor en vez de odio. Era una mujer-ejemplo, excepcional y trascendente. Puedo afirmar, que a pesar de sus recuerdos, nostalgias, pesadillas, torturas y sueños, sentía la tranquilidad y la satisfacción del deber cumplido consigo misma, con su pueblo y con su Patria. Tía Fe, fue la mujer más dulce y tierna que he conocido en mi vida, virtud de una mujer cristiana y revolucionaria. ¡Hasta luego Tía Fe!