Ven Juan Bosch fue único culpable guerra de abril de 1965

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POR UBI RIVAS*

Conmemorando hoy 56 aniversario guerra abril 1965, el tamiz del tiempo, idéntico a la corriente del río todo lo aclara y coloca en su justo lugar, la experiencia acumulada en la distancia del tiempo, permite identificar y señalar a Juan Bosch, el único culpable motorizar guerra abril 1965, que debió impedir, y ahorrar al país un retroceso económico y político que aún gravita en el escenario nacional, además de 2,588 muertos dominicanos y 200 norteamericanos.

Empiezo por las causales, un término hoy muy en boga, determinantes en el fracaso de Bosch en rol de primer gobernante democrático desde el 23 de febrero de 1930 cuando el joven brigadier de 39 Rafael Leónidas Trujillo, traicionó a su comandante en jefe y padrino militar, protagonizando un golpe de Estado, prolegómeno del calvario de 31 años de tiranía indescriptible de excesos, crímenes, violación derechos humanos y despojos infinidad propiedades.

Prolegómeno primera causal, Bosch jura presidencia con una corbata a rayas, cuando sabia el protocolo indicaba corbata negra, primera demostración de cazurrismo y medalaganismo catalán.

Primera causal, inicio de organizar los poderes fácticos dominantes del stablishment dominicano, promulgando la Constitución del 29 de abril de 1963 que prohibía, limite a la propiedad rural, enseñanza laica y gravamen al azúcar luego de ingresar a un tonelaje exportable.

La Constitución del 29 abril de 1963, constituía novedad política nunca pautada por ningún gobernante antes, solo comparable a la Constitución 1857, llamada de Moca, redactada en Santiago de los Caballeros, y promulgada en la Villa del Viaducto, resguardando discreción y menor presencia, muy similar a la Constitución de 1844, que el general Pedro Santana dispuso promulgar en San Cristóbal, un villorio muy parecido a Santiago de los Caballeros, para así el mayoral de El Prado, introducir sigilosamente el artículo 210, facultándole disponer vida opositores.

Segunda causal. Prohibiendo la reelección, Bosch chocaba frontal con la adormecida cosmovisión del continuismo político, causante de mayores desgracias patrias que todos los fenómenos naturales registrados, huracanes y sismos, todos incluidos.

Tercera causal. Límite propiedad rural, conociendo Bosch que el latifundio fue, desde la colonia, junto a la explotación maderera y ganadera, todo con el soporte de las grandes propiedades rurales, la fuente de riqueza tradicional, y formación de las primeras burguesías criollas, hasta que el tabaco desplazó la economía hatera, y aquel por las zonas francas industriales a partir de 1972, cosecha del presidente Joaquín Balaguer.

Cuarta causal. En un país con escasos contactos internacionales, frisados por dificultad viajar al exterior como política de contención cultural por 31 años en la Era de Trujillo, nuestra sociedad carecía de elementos de discusión concerniente a los modelos de educación que advinieron luego del ajusticiamiento del déspota, es decir, existía una larga sombra de ignorancia religiosa y docente, monopolizada por la Iglesia Católica, sobre todo por los Jesuitas, firme aliada de Trujillo, y instituir la enseñanza laica era símil de una vedette danzando en un convento de novicias.

Quinta causal. El azúcar era entonces hasta ser sustituida por las zonas francas industriales en 1972, el primer rubro exportador y riqueza, seguido junto al cacao, tabaco y café, y los dos principales productores azucareros entonces era el CEA, herencia 12 ingenios de Trujillo, South Porto Rico Sugar Company, propiedad norteamericana, y Compañía Anónima de Explotaciones Industriales (CAEI), propiedad de Vicini, el consorcio más poderoso del país, sigue siéndolo hoy, surgido por la sombra protectora el dictador Ulises Heureaux, es decir, el poder económico por antonomasia más eminente nacional.

Esas cinco causales determinaron el ocaso del gobierno de Bosch, resultando extremadamente fácil que esos poderes fácticos se nuclearan para malograr el primer ensayo democrático en 33 años, concluyendo la sexta causal, que resultó el anacronismo y contrasentido político del retorno a la constitucionalidad sin elecciones, inviable tesis promovida por Bosch luego de ser derrocado, sabedor de que quienes lo derrocaron, apuntalado por la segunda intervención militar en nuestro país, era un imposible esa providencia de Bosch, resultado de su frustración y resentimiento político con el imperio.

Por ese conjunto de causales, Bosch debió, como preclaro intelectual y notable escritor, pero con un reducido coeficiente político, que en su propia tesis, no supo gobernar, porque no mantuvo el poder, evitar la guerra de abril, conducirnos a los de mi generación que éramos unos imberbes carentes de conocimientos políticos, a un episodio bélico para el cual además no estábamos adiestrados, y confundidos por la oratoria de Bosch, todo concluyó en tragedia, muertes, retroceso político y económico, y epitafio de Bosch, que nunca más logró gobernar.

Bosch pretendió gobernar con una Constitución similar a un gobierno surgido por botas, no con votos, gobernar al país a su muy particular manera, y resulta que los pueblos se gobiernan por consenso, no por una sola voluntad, fuese en cadencia despótica o democracia.

El intemperante cognitivo catalán de Bosch produjo una guerra civil, la segunda intervención militar del imperio, y su epitafio de nunca jamás volver a gobernar.

Ese intemperante cognitivo catalán Bosch lo reeditó fundando en 1973 el PLD, reñido no aceptar el protagonismo paralelo al suyo de José Francisco Peña Gómez, culminando su segunda criatura política en auténtica, colosal y desastrosa negación de sus inmaculados principios éticos, en un estercolero de inmundicias repulsivas, plagada de corrupción, reelección, e impunidad.

  • Tomado del Periódico El Nacional – 24 abril del 2021