POR JUAN CRUZ TRIFFOLIO
SANTO DOMINGO, RD.- Fracasó el llamado al inicio de la docencia de manera presencial en los centros escolares del país.
Prevaleció la sensatez, la prudencia y la ecuanimidad ante una situación muy delicada que podrían conducir a muchos de nuestros niños, adolescentes y jóvenes, a un escenario de horrible peligrosidad, dada la preocupante situación en que actualmente vive la sociedad dominicana, en sentido general, fruto de la pandemia del Coronavirus y su variante.
No es hora de buscar culpables ni protagonistas….
Lo acontecido con el desatinado llamado al inicio de la docencia presencial era algo que se veía venir.
Era un riesgo que ningun padre sensato acataria.
Prevaleció el peso de la razón.
Lamentablemente, nuestras escuelas, aún con el avance material que todos debemos reconocer, no reúnen las condiciones esenciales, mínimas necesarias, en materia de higiene, para garantizar la armónica convivencia del estudiantado con la debida seguridad de no ser contagiado por la Covid-19 y su variante, en todo el país.
El momento exige de una reflexión prudente y serena que envuelva a padres, educadores y autoridades nacionales de educación y salud, en ánimo de encontrar una alternativa viable y prudente ante lo que venimos viviendo a consecuencia de la preocupante pandemia que nos arropa.
Sin prisa, pero tampoco a pasos de tortugas, se hace necesario asumir una salida, fruto del consenso, en procura de que emerja una respuesta guiada por el criterio de que no se pierda el año escolar pero también, sobretodo, que no se ponga en graves peligros la vida de nuestros hijos, quienes tienen derecho al pan de la enseñanza preservando su existencia humana.
Teniendo en cuenta a lo acontecido hoy, sin protagonismo ni necesidad de politizar lo ocurrido, es urgente, inmediato, el consenso entre los componentes de la extensa familia educativa nacional y las autoridades correspondientes, por el bien todos los dominicanos que formamos parte de esta media isla el caribe, la patria de Duarte…. Ojalá que así sea….