El internet y el mal uso de la información de “ciudadanos reporteros” (1)

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Por Roberto Veras. –
 
Al Parecer no pasa una semana sin que los medios de comunicación, locales y tradicionales reporten casos de abusos, casos donde el nombre de una persona o su posición en la sociedad ha sido abusado de una forma u otra a través de una plataforma de redes sociales en internet, a través de la publicación escrita, fotografías personales o comentarios calumniosos sobre su carácter y acciones bochornosas ya superadas en sus vidas.
 
Internet, y en particular los sitios de redes sociales, han abierto un nuevo medio para que los menos escrupulosos lleven sus venganzas personales, sus prejuicios y su odio a un nuevo nivel de una manera pública.
 
En tiempo pasado donde alguna vez dominaron los medios de comunicaciones tradicionales, con historias cuidadosamente investigadas y bien elaboradas respaldadas por la autorización de un departamento de redacción bien adiestrado, ahora los sitios de redes sociales permiten que absolutamente cualquier persona con acceso a Internet, con una opinión personal, lleve a cualquiera a la difamación.
 
Los sitios de redes sociales, a menudo con decenas de millones de usuarios que inician sesión cada día, han ocupado el lugar del reportero local para llevar los eventos a una audiencia mucho más amplia.
 
Los ciudadanos reporteros, un término vago para cualquier persona que escribe sobre eventos locales o nacionales o que expresa una opinión sobre temas de actualidad, han tomado el lugar de los profesionales en muchas esferas, y no siempre para promover la verdad imparcial, y por lo general, no tienen formación o no tienen experiencia en las artes de la redacción y la presentación de informes, pero se sienten capaces de exponer su opinión sobre una amplia gama de temas al tener acceso a dicho medio.
 
Estos ciudadanos reporteros a menudo no están sujetos a las leyes de prensa ni a los niveles personales de respeto por la privacidad de los demás y no siempre tienen acceso a la gama completa de información, de hechos, que un profesional tendría al alcance de su mano.
 
Su trabajo, no remunerado y muy personal, se basa exclusivamente en hechos menores o en el reportaje de otros medios sobre una historia en particular o sobre una persona en particular, ya sea alguien destacado por un cargo público, su trabajo o hechos de actualidad vinculados a sus nombres.
 

A veces se basa solo en una sola declaración, como una breve publicación en las redes sociales, en rumores, en historias propuestas por otros ciudadanos, y para colmo otros ciudadanos no profesionales.