Por Roberto Veras
A un amigo de apellido Peralta le apasiona el tema de religión, es por ellos que hoy escribiré de la inquisición, pues la Santa Inquisición seleccionó con sumo cuidado a los hombres más libres y audaces para quemarlos o encarcelarlos e imponerles sus creencias religiosas.
Algunos de los mejores hombres, aquellos que dudaron y cuestionaron, «y sin dudar no puede haber progreso» fueron eliminados y sus libros de investigaciones al igual que ellos fueron quemados, el mal que la Iglesia Católica ha hecho es incalculable.
Si uno va a creer todo lo que investiga en Internet sobre religión, se retratan historias aterradoras de muerte y destrucción, hemos llegado al siglo XXI donde en muchas partes del mundo la humanidad todavía abraza la intolerancia. La tolerancia se practica en exceso en la mayoría de los países democráticos hasta tal punto que se expone una debilidad resultante.
En países donde la religión es primordial, la tolerancia es vista como una debilidad.
Las poblaciones democráticas de este mundo aceptan que todos los individuos de libre pensamiento tienen derecho a adorar como lo deseen sin discriminación ni prejuicios.
Algunos gobernantes religiosos ven la democracia como una amenaza a su forma de vida, y tales amenazas se enfrentan con retórica violenta y otros con acciones violentas donde no se permite el debate.
Esto no se limita solo a la actualidad, sino a las muchas facciones de nuestra herencia religiosa. La historia está llena de desastres teológicos que han plagado a la humanidad durante tres mil años.
¿Qué es religión? La definición del diccionario es:
1. Creencia, culto u obediencia a un poder o poderes sobrenaturales considerados divinos o que controlan el destino humano. Llevando esto a un nivel básico, tú y solo tú eliges o creas tu religión. Crees, adoras y eres obediente a una fuente sobrenatural.
Puedes seguir personalmente cualquier religión del mundo o crear la tuya propia. Naturalmente, muchas religiones del mundo ahora son instituciones establecidas creadas hace siglos en una era no ilustrada.
Una época en la que el hombre luchaba por encontrar el sentido de la vida y las religiones crearon la guerra para controlar las mentes y grandes cantidades de tierra.
El pueblo estaba hambriento de conocimiento y mantenido en su lugar por la doctrina. En un pasado lejano, el hombre adoraba al sol, la luna y otros dioses. En Grecia y más tarde en Roma, la gente creía que sus dioses eran como humanos adultos.
Discutían, hacían que los niños tocaran música y se divertían. Era importante para ellos complacer a sus dioses. Un Dios infeliz traería castigo y muerte.
Las religiones afectaron la política porque estaban plagadas de supersticiones. Los ataques epilépticos se consideraron graves y serios en las reuniones del Senado Romano.
La fecha de nacimiento de Jesús, un líder judío, históricamente hablando, era incierta. Su nacimiento señalado en el año 1 dC es un juicio hecho 500 años después del evento. Las historias que se cuentan de él circularon de persona a persona a través de los siglos.
Pablo de Tarso, famoso por sus viajes misioneros al imperio, difundió la nueva religión entre los no judíos principalmente de boca en boca. El cambio se produjo en el año 380 dC cuando los cristianos gobernaron el imperio.
El resultado de la definición de herejía (personas que no estaban de acuerdo con el cristianismo oficial) fue la represión religiosa y la matanza. En la inquisición, la tortura brutal se convirtió en el procedimiento normal y se asesinó a cualquier otra persona que no siguiera la confusa doctrina oficial.
Los Pontífices continuaron en fila como monarcas, con sus ejércitos, administración y territorio. La corrupción y la venta de bendiciones espirituales por dinero llevaron a Martín Lutero a iniciar la reforma en 1517.