POR ARISMENDI DÍAZ SANTANA
En el campo de la salud, el presidente Luis Abinader completó su segundo año exhibiendo un éxito resonante contra un COVID 19, el cual había paralizado todas las actividades económicas, políticas y sociales del país. Con esa acción, se redujo la cantidad de pérdidas humanas, a tal grado que ni siquiera la oposición política ha podido opacar.
En su alocución con motivo de la Restauración de la República destacó que en el Servicio Nacional de Salud (SNS) están en ejecución trabajos de readecuación y ampliación de las áreas de emergencias en 43 hospitales, remozamiento de los servicios en otros 70 y reparaciones en más de 60 Centros de Primer Nivel de Atención (CPNA).
El presidente Abinader señaló que el SNS aumentó los servicios respecto al año 2021: 26% en consultas ambulatorias, 21% en pruebas de laboratorio, 24% en imágenes diagnósticas, 8% en procedimientos quirúrgicos, 13% en hospitalización y 14% en emergencias. En adición, el gobierno duplicó el presupuesto del Programa de Medicamentos de Alto Costo, una demanda muy sentida.
“También hemos implantado el Plan Tolerancia Cero a la Mortalidad Materna, alcanzando una reducción de madres fallecidas en un 41.9% al mes de junio con relación al mismo periodo del año 2021″. Se iniciaron las consultas ambulatorias del Complejo Luis Eduardo Aybar y se aperturó el Hospital Padre Billini.
La mayoría de las personas consultadas califican como positiva la gestión oficial en estos dos años, tomando en cuenta las dificultades originadas por la pandemia, los problemas de la cadena de suministros a nivel mundial y, más recientemente, el impacto de la inflación mundial y de las sanciones económicas a Rusia por la guerra en Ucrania.
Las grandes demandas de cambios estructurales en salud y pensión
La primera mitad de este mandato constitucional culmina con una creciente expectativa sobre la reforma integral de la Ley 87-01 de Seguridad Social, anunciada por los líderes de los poderes Ejecutivo y Legislativo, en interés de elevar la cobertura, la calidad de los servicios de salud, y la tasa de reemplazo de las pensiones y jubilaciones.
La irrupción de la pandemia evidenció la gran debilidad del sistema de salud del país, debido a una vigencia de larga data de un modelo de atención puramente curativo, con escasa capacidad, presupuesto y tradición en atención primaria, en promoción de la salud y en la ejecución de inmunización masiva a nivel nacional.
En cuanto al Seguro Familiar de Salud (SFS) los mayores reclamos de cambios se centran en el inicio del primer nivel de atención, basado en la estrategia de promoción de la salud y prevención de las enfermedades, porque constituye la condición sine qua non para lograr un moderno sistema de salud, tanto público como privado.
La atención primaria incluirá los nuevos servicios que reclaman los afiliados, reducirá el gasto de bolsillo y los copagos, elevará las tarifas de los médicos especialistas, mejorará los indicadores de salud y extenderá los años de vida saludables. Y, muy en especial, bajará la tasa de mortalidad materno infantil.
En el campo previsional, la mayor demanda de cambios responde a la urgente necesidad de elevar la tasa de reemplazo (el porcentaje de la pensión en relación al último salario del afiliado) la cual, de acuerdo a todos los estudios y proyecciones, promediará sólo el 25% del salario, un nivel muy bajo que acentuaría la pobreza e indigencia del país.
Este cambio implica reducir la comisión de las AFP, eliminar las pensiones privilegiadas y, al mismo tiempo, elevar gradualmente, el porcentaje de aporte, así como los años de cotización, desde luego, siempre respetando los derechos adquiridos por los afiliados mayores de 45 años de edad.
El presidente Abinader tiene la oportunidad de aprovechar la insatisfacción social generalizada para impulsar los cambios que demanda la sociedad. La Fundación Seguridad Social para todos (FSSPT) impulsa estos cambios y está dispuesta a continuar acompañando a las autoridades en esta misión histórica.