FLORIDA.- Uno de los documentos ultrasecretos incautados por el FBI en la residencia del expresidente de Estados Unidos Donald Trump en Florida, describía las capacidades nucleares y defensa militar de una potencia extranjera, reportó en las últimas horas del martes el diario The Washington Post.
El medio, que cita supuestas fuentes anónimas cercanas al caso, señala que algunos de los documentos hallados en la mansión de Trump en Mar-a-Lago, Florida, tenían una reserva de confidencialidad tan alta que solo el presidente y funcionarios del gabinete o cercanos a él podrían autorizar a otros miembros del Gobierno para acceder a ellos.
Sin embargo, el informe no menciona el país cuya defensa y capacidad nuclear eran citadas en los documentos. Según el El Post, contenidos como esos requerían permisos especiales sobre la base de que exista la necesidad de conocerlos, en lugar de una autorización genérica con la etiqueta de “ultrasecreto”.
Cabe recordar que Trump enfrenta una creciente presión legal. El Departamento de Justicia sostiene que esos documentos ultrasecretos “probablemente se ocultaron” para obstruir una investigación del FBI sobre el posible mal manejo de materiales clasificados por parte del expresidente.
Cuando los agentes registraron la mansión de Mar-a-Lago, encontraron material tan delicado que “incluso el personal de contraespionaje del FBI y los abogados del Departamento de Justicia que realizaban la revisión requirieron autorizaciones adicionales antes de que se les permitiera revisar ciertos documentos”, señaló un expediente judicial del Gobierno.
El allanamiento del FBI en agosto se produjo después de una revisión de registros “altamente clasificados” que Trump finalmente entregó a las autoridades en enero, tras meses de idas y vueltas con la Administración Nacional de Archivos y Registros.
Se descubrió que las 15 cajas requisadas de la casa del expresidente contenían 184 documentos marcados como confidenciales, secretos o ultrasecretos.
Después de recibir indicaciones del FBI, el abogado de Trump entregó 38 documentos clasificados adicionales y proporcionó una declaración jurada de que representaban lo último del material. Sin embargo, el FBI descubrió “múltiples fuentes de evidencia” que prueban que los documentos clasificados permanecieron en Mar-a-Lago.